
Merril Lynch calcula el impacto fiscal potencial de caer del 'abismo', que se refiere al fin de las rebajas fiscales de Bush, al impuesto sobre las nóminas, al nuevo mínimo alternativo. A los recortes de gasto del acuerdo sobre el techo de deuda y mucho más, se situará en unos 720.000 millones de dólares, el 4,6% del PIB. "La ruptura del euro no es para tanto": Nassim Taleb prefiere invertir en Europa que en EEUU.
"Al arriesgarse a provocar una recesión por la contracción fiscal y al no ofrecer una guía de cómo se va a resolver, los políticos están creando un gran shock de incertidumbre", según un análisis de este banco publicado ayer. "Por tanto, a medida que se acerca el abismo, esperamos que, primero, las empresas y, después, los hogares empiecen a posponer sus decisiones, lo que debilitará la economía antes de llegar al abismo", explica.
Merrill añade que si sumamos las subidas de impuestos pendientes (180.000 millones de rebajas de Bush, 120.000 millones del mínimo alternativo, 120.000 millones de impuestos a los salarios, 20.000 millones de otras rebajas fiscales, 20.000 millones de 'Obamacare' y 10.000 millones de gastos empresariales) a los programas que van a expirar (ampliación del seguro de paro por 40.000 millones, recortes en los pagos de Medicare a los médicos por 20.000 millones y varios otros programas por 40.000) y a recortes de costes previstos por unos 150.000, llegamos al total de 720.000 millones antes citado.
Esta firma cree que el año electoral dificulta mucho un compromiso y que la incertidumbre probablemente sólo puede seguir subiendo según se acerque noviembre.
"Somos escépticos respecto a que se pueda evitar en gran medida este shock: ni un acuerdo de último minuto ni una gigantesca patada adelante nos parecen probables", según Merrill. Las bolsas pueden sufrir un fuerte shock porque este banco considera que los mercados no han descontado ni el tamaño ni el timing del abismo fiscal.
Por ejemplo, el consenso espera que el PIB mejore su crecimiento a lo largo de 2012 y recaiga en el primer trimestre de 2013, pero Merrill cree que las dudas sobre el abismo fiscal pueden acelerar esa ralentización a este año.