Las normas están para romperse. También en lo que respecta a los mercados. Ayer se vio un ejemplo de ello. El Ibex 35 siguió encadenando una nueva sesión a la baja, que le llevó a marcar sus niveles más bajos desde mayo de 2003 pero, a diferencia de anteriores ocasiones, este retroceso no fue acompañado de un repunte en la prima de riesgo.
El diferencial entre el bono alemán y el español se contrajo de los 511 puntos a los 509 puntos. Una caída que si bien puede parecer insignificante no lo es tanto. Sobre todo si se tiene en cuenta que ésta se produjo a pesar de las compras que se vieron en los bonos alemanes, que marcaron un nuevo mínimo histórico, lo que ha llevado a algunos, como la gestora Pimco, la mayor de renta fija del mundo, a empezar a hablar de burbuja en el bund.
El bono se aleja del 7%
La explicación es sencilla: los inversores no sólo compraron bunds o deuda de los países centroeuropeos, también optaron por la adquisición de deuda española, lo que llevó a su rentabilidad a caer del 6,47 al 6,44%. "Entre 6,50% y 6,70% se supone que deberían entrar de nuevo las compras de nuestros bonos", advertía a primeras horas de la mañana Miguel Paz, director de unidad de gestión de Unicorp. Y no se equivocó ya que fue cuando el bono español superó el 6,5% cuando los inversores cambiaron sus órdenes de venta de primera hora de la mañana por otras de compra.
De esta manera, la buena noticia es que el bono español consigue alejarse del nivel del 7% que obligó a países como Portugal, Grecia o Irlanda a solicitar el rescate, aunque no de la también peligrosa cota de los 500 puntos básicos en lo que respecta a la prima de riesgo.
Las tímidas compras de deuda española no se trasladaron a la deuda italiana. El bono transalpino a diez años fue el único, de entre los principales europeos, que experimentó un aumento en su rentabilidad, que sube cuando cae el precio. Así, su rendimiento se incrementó del 5,14 al 5,77%, lo que llevó a su prima de riesgo a los 441 puntos. Y quizá en ello influyó que a pesar de que consiguió colocar 8.400 millones de euros -muy cerca de los 8.500 que se marcó como objetivo máximo- en títulos de deuda con vencimiento a seis meses, lo hizo con un rendimiento del 2,10%, lo que supone el mayor interés desde diciembre de 2011.
Mucho mejor le fue a Suiza. Al igual que sucede con Alemania, su status de país refugio le permitió colocar en el mercado 688 millones de francos suizos en letras a tres meses con una rentabilidad negativa del 0,62%.