El presidente del banco central alemán, Jens Weidmann, ha vuelto a rechazar la idea de los eurobonos para impulsar el crecimiento, y ha ido un poco más allá al asegurar que "este debate me irrita un poco".
En una entrevista con el diario francés Le Monde, el jefe del Bundesbank defendió que se debería dejar de dar ayuda a Grecia si Atenas no cumple con los compromisos adquiridos como parte del rescate. Preguntado directamente sobre si ve al país fuera del euro, no quiso responder nada.
Asimismo, Weidmann defendió el papel del BCE en la lucha contra la crisis de deuda, asegurando que ha comprado tiempo para la banca pero que ya ha alcanzado su límite, por lo que aleja la posibilidad de una tercera macroinyección de liquidez. "
"Es como la morfina. Reduce el dolor pero no cura la enfermedad. Puede incluso tener efectos secundarios, retrasando el ajuste del sector financiero, por ejemplo", aseguró.
Preguntado sobre el crecimiento, el alemán respondió que "ser partidario del crecimiento es como ser partidario de la paz en el mundo", y que el verdadero debate es cuál es el camino correcto para lograr que sea sostenible.
En este sentido, mantuvo una vez más la posición alemana de "no se puede resolver una crisis de deuda con más deuda" y que los eurobonos crearían problemas tanto económicos como jurídicos. Por ello, insiste en el crecimiento mediante reformas estructurales.
"Creer que los eurobonos van a resolver la crisis actual es una ilusión", y en línea con lo dicho por la canciller Angela Merkel, cree que solo pueden ser la culminación de un largo proceso. "No le dejamos la tarjeta de crédito a alguien si no podemos controlar sus gastos".
A pesar de la dureza de su lenguaje, Weidmann admitió que la decisión de Alemania y Francia de saltarse el Pacto de Estabilidad en 2003 fue uno de los errores que condujo a la crisis, así como la mala evaluación de los riesgos de la banca y los desequilibrios dentro de la Unión Europea.