Las agencias de calificación vuelven a la carga. Después de que ayer, Standard & Poor's decidiera recortar el rating de la deuda a largo plazo de Telefónica desde BBB+ a BBB, hoy ha sido Moody's quien ha puesto en perspectiva negativa la calificación del pasivo de la 'teleco'.
Actualmente la calificación que otorga Moody's a Telefónica es de Baa1, aunque esto podría cambiar con las próximas revisiones. Desde la calificadora justifican esta decisión por "las crecientes dudas sobre los ingresos de la compañía, márgenes y cash flow" así como "una posible desaceleración en algunas de las operaciones internacionales de la compañía", explica el analista de la agencia, Carlos Winzer.
"El deterioro del ebitda (beneficio bruto de explotación) del primer trimestre, como consecuencia de la presión que ejerce el mercado español en su negocio, fue el detonante para que la S&P dejara ayer la nota de la teleco a dos escalones del bono basura y con posibilidad de sufrir nuevos recortes.La perspectiva negativa refleja la posibilidad de nuevos recortes en 2012 y 2013 si la liquidez empeora a un nivel "inferior al adecuado", según los criterios de la agencia, o si se desarrolla un escenario más duro del previsto provocando en el conjunto del ejercicio un descenso consolidado ligeramente inferior al 10% del ebitda y un apalancamiento (deuda/ebitda) superior a las 3,3 veces (un nivel muy alejado del actual). En caso contrario, S&P podría revisar a positiva la perspectiva si el ebitda de la teleco baja menos de un 5% en 2012, el apalancamiento se estabiliza alrededor de las 3 veces y se fortalece la liquidez.
Aún consideramos adecuada la liquidez de Telefónica tras la reciente actividad de refinanciación [tiene los vencimientos de 2012 refinanciados y el 40% de los de 2013], pero pensamos que sus importantes vencimientos anuales, junto a nuestras expectativas de una modesta generación de caja después de dividendos, representa una amenaza para su calidad crediticia", dice S&P.
Al mismo tiempo, S&P confirmó el rating a corto plazo (A-2) de Telefónica y rebajó igualmente las calificaciones crediticias de las filiales Telefónica Czech Republic, Telefónica Moviles Chile, y Telefónica Chile.
El recorte de rating, el segundo en nueve meses (en agosto lo rebajó desde A- a BBB+ al considerar que la política de retribución de abonar parte del dividendo en efectivo y otra en acciones dificultaría la reducción de su endeudamiento), no mermó el rebote de la compañía, ya que subió un 1,8%, hasta los 9,6 euros.