El elemento oro se caracteriza por no perder su brillo con el paso del tiempo y por una enorme resistencia a la corrosión.
Sin embargo, en los últimos tiempos las propiedades físicas del subyacente no se extrapolan a las de sus derivados. Así lo refleja la corrosión de la cotización del metal amarillo.
Ante un clima de aversión al riesgo como el que impera ahora en los mercados, está lejos de revalorizarse como sucedió en anteriores situaciones de este tipo, como en septiembre de 2011, cuando el oro marcó su máximo histórico en los 1.920,7 dólares intradía en la sesión del día 6 de ese mes, ya que el metal amarillo actuaba como activo refugio. Sin embargo, ahora se ve también arrastrado a las correcciones. De hecho, en 2012 ya cede un 1,3 por ciento después de anotarse en la jornada de ayer un descenso de un 1 por ciento hasta los 1.546 dólares por onza, su cota más baja desde julio de 2011.
Entre los factores que han contribuido a que el oro haya perdido su magia se encuentra que las dudas sobre la supervivencia de la eurozona han motivado a los inversores a desear más liquidez ante la incertidumbre y, precisamente, el oro es uno de los activos financieros que actualmente presentan una mayor facilidad de conversión en dinero en efectivo, lo que ha incentivado sus ventas en los mercados. También influye que los dos principales consumidores del metal precioso, India y China, ya no se consideran intocables ante la crisis europea, y que ésta podría ahondar más en la desaceleración de su ritmo de crecimiento.
El petróleo lo ve 'crudo'
Además del oro convencional, el oro negro también sufre la actual situación europea en la medida en que pueda afectar al crecimiento económico con el que está fuertemente correlacionada la demanda de crudo. Especialmente el barril norteamericano West Texas que ayer cayó un 1 por ciento hasta los 93 dólares, con lo que en el año ya cede un 6 por ciento. Por su parte, el barril Brent, de referencia en Europa, resistió mejor la presión y cayó sólo un 0,5 por ciento hasta los 107, 4 dólares. De modo que la brecha de estas dos referencias se amplía ya hasta los 18,7 dólares.