Una de las grandes dudas que surge entre los inversores es qué pasará con las participaciones preferentes de Bankia. Si se canjearan todas las emisiones en acciones, la operación sería muy dilutiva para el accionista. Entre ellos, BFA, cuyo peso en Bankia podría reducirse más de la mitad. Los inversores privados actuales, exceptuando a Mapfre, pasarían de controlar el 50% actual al 22%
Clientes en los cajeros para retirar dinero o ahorradores que acuden a sus sucursales alarmados por lo que pueda suceder con sus depósitos. Son sólo algunas de las viñetas que se han dibujado esta semana desde que se anunció la intervención estatal en Bankia a través de su matriz, BFA. Sin embargo, la inyección de dinero público pretende garantizar precisamente los ahorros de los depositantes de la entidad y es en los tenedores de acciones y de algunos activos de renta fija donde planean las grandes incertidumbres.
Unos de los productos que más se comercializaron entre los inversores fueron las participaciones preferentes, una deuda perpetua que se compra a cambio de un interés periódico. En febrero, la entidad ofreció una recompra en algunas emisiones, que se canjearon por acciones de Bankia. Se convirtieron 1.277 millones de euros, pero aún quedan en circulación 5.164 millones en preferentes de las siete cajas de ahorro.
El paquete más grande corresponde a la emisión que Caja Madrid de julio de 2009 por 3.000 millones de euros. Según fuentes de la entidad, uno de los planes antes de la intervención era proponer a la junta de accionistas la conversión de estas preferentes en títulos para inyectar capital en Bankia. Pero, a partir de ahora, es una decisión que tendrá que corroborar el nuevo equipo gestor.
Ya se apunta a que la entidad acelerará esta operación para reforzar capital. "Bankia podría requerir capital adicional, con la conversión de los 3.000 millones de euros de preferentes restantes", afirman desde KBW Bank. Sus analistas advierten: "Esto sería bastante dilutivo para los accionistas de Bankia, incluyendo BFA". El inconveniente de canjear preferentes es que se eleva el capital y merma la participación de los accionistas.
En el supuesto de que se transformaran en capital los 5.164 millones de euros en preferentes, la participación actual de BFA -controlada ahora por el Estado- del 45,5 por ciento se quedaría en el 20 por ciento, presumiendo que se aprobara un precio de canje igual al de mercado. ¿Qué pasaría con el accionista minoritario? Hoy, un 50,15 por ciento de Bankia está en manos de inversores institucionales y minoritarios y este porcentaje se reduciría a poco más del 22 por ciento. Mientras que las nuevas acciones emitidas supondrían en torno al 56 por ciento de la capitalización del banco. Si la decisión es que únicamente se conviertan en títulos las preferentes emitidas por 3.000 millones, BFA controlaría un 26 por ciento y los accionistas, un 29 por ciento.
Sin beneficios no hay cupón
Por el momento, el tenedor de preferentes en circulación está atado de pies y manos. La única salida ahora es vender la deuda en el mercado secundario, aunque en ese caso asumiría pérdidas de en torno al 25 por ciento. El problema es que si el inversor se queda con la deuda perpetua lo más probable es que deje de cobrar los cupones. "Para que se paguen los intereses comprometidos, primero hace falta que la entidad produzca beneficios, y mucho nos tememos que una de las razones de la nacionalización ha sido conocer la realidad de la situación", señala Ramón Zárate, socio director de EmásI (EAFI).
Si finalmente en los nuevos planes de la cúpula que aterrice en Bankia hay previstas más conversiones, sería una escapatoria para los ahorradores atrapados en preferentes, de las que los expertos recomiendan desprenderse si es posible. "Son participaciones ligadas al resultado del banco, con lo que ni que decir tiene que si sus tenedores pueden deshacerse de ellas mejor que mejor", explica Soledad Pellón, estratega de mercados de IG Markets. Esto no ocurre en el caso de otros productos como los pagarés, donde el tenedor sí podría seguir recibiendo cupones aunque la entidad no genere beneficios.