Ginebra, 5 jul (EFECOM).- Una delegación brasileña encabezada por su ministra del Medioambiente, Marina Silva, defendió hoy ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) que su veto a la importación de neumáticos usados procedentes de la Unión Europea (UE) no se debe a razones comerciales, sino ecológicas y de salud pública.
"Los neumáticos recauchutados son la principal fuente de proliferación de mosquitos transmisores del dengue, una enfermedad detectada en 25 de los 27 estados brasileños", dijo hoy Silva en su intervención en la sede de la OMC, en Ginebra.
Agregó que la industria nacional brasileña de reciclaje apenas puede hacerse cargo de la producción propia.
En cambio, dijo que la UE considera que la prohibición brasileña a las importaciones europeas de neumáticos usados responde a intereses puramente comerciales, ya que esos productos compiten con los nacionales, que a las empresas brasileñas de reciclaje les resultan más caros.
La UE pidió en mayo de 2005 a la OMC que, a través de su órgano de solución de diferencias, resolviera si la prohibición brasileña es lícita o si, como sostiene Bruselas, responde a un intento encubierto de proteger su industria de la competencia extranjera.
El pasado 20 de enero, la OMC constituyó un grupo de expertos que estudia el caso y que ha llamado a delegaciones de las ambas partes, así como de otros países interesados, para que expongan durante esta semana sus argumentos.
Durante su intervención de hoy, la ministra brasileña explicó que al contrario que los neumáticos nuevos, los recauchutados -los desgastados a los que se les pone una nueva capa de caucho para ser reutilizados- "no pueden volver a reciclarse, por lo que es el Gobierno de Brasil el que se tendrá que hacer cargo de ellos" tras una vida útil muy corta.
A pesar de que hay una prohibición brasileña desde 1991, en 2005 entraron en ese país unos 11 millones de neumáticos usados procedentes de la UE, que suelen ser comprados por compañías de Brasil a unos 20 centavos de dólar por pieza y, tras ser remodelados, los venden por más de 60 dólares, explicaron a EFE miembros de la delegación de ese país.
Según detalló Silva en una conferencia de prensa posterior, los deshechos de los neumáticos suponen una amenaza para la salud pública en la medida en que suponen un caldo de cultivo perfecto para mosquitos transmisores del dengue, la fiebre amarilla o la malaria, entre más de 70 enfermedades, al tiempo que su quema emite al medio ambiente sustancias muy tóxicas.
"No contamos con suficientes medios para reciclar esos neumáticos de forma segura, adecuada y económicamente viable", precisó.
Brasil produce cerca de 40 millones de neumáticos nuevos al año e importa entre 18 y 20 millones más, suficiente para abastecer a la industria local de reciclaje, explicó la ministra.
Según su delegación, prohibiciones similares a las de Brasil existen en Argentina, Venezuela, Marruecos, Tailandia, Pakistán y Nigeria, entre otros países, aunque el país latinoamericano era el principal destinatario de los neumáticos usados de Europa.
Después de escuchar esta semana los argumentos de las diferentes partes, los expertos de la OMC contarán con dos meses para estudiar la documentación aportada y en septiembre volverán a convocar a las delegaciones, de forma que en noviembre podrían emitir su opinión sobre esta disputa. EFECOM
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