General Electric dejó atrás la crisis de identidad en la que se metió a raíz de la crisis.
Ya que, la que en su día fue la mayor empresa del mundo, llevaba en los últimos ejercicios recibiendo una aportación, en cuanto a ganancias, de su división finaciera mayor que de su división energética, que es la que realiza la actividad principal de esta compañía. El pasado 20 de abril se cambiaron las tornas, y por primera vez en dos años, su negocio tradicional se puso al frente de la compañía en aportación de beneficios. Las cifras globales de General Electric (GE.NY) ascendieron a 3.590 millones de dólares de ganancias equivalentes a un beneficio por acción (BPA) de 34 centavos frente a los 33 previstos.