Santander, 5 jul (EFECOM).- El Consejo Económico y Social (CES) considera que "la transcendencia del cambio" que la inmigración está produciendo en la sociedad española, más allá de sus efectos sobre el empleo y la Seguridad Social, hacen necesario que el país se dote de "una estrategia de integración social" de los extranjeros.
Ese es el mensaje que el CES ha transmitido hoy en el curso que organiza cada verano en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) para analizar las situación socio-económica de España y se centra en el impacto de la inmigración y en los retos que plantea.
La presidenta en funciones del Consejo, Almudena Fontecha, advirtió en conferencia de prensa de que "sería una barbaridad" que España tuviera una visión "únicamente utilitarista" de los inmigrantes, cuya presencia en el país sólo interesara mientras aporten recursos a la Seguridad Social, porque "obviamente estos ciudadanos que hoy contribuyen mañana serán perceptores".
Los datos del CES indican que los trabajadores extranjeros son ya el 9,3 por ciento de los afiliados a la Seguridad Social en España, pero apenas representan uno de cada cien pensionistas.
Fontecha reconoció la ayuda que las cotizaciones de los inmigrantes están prestando sostenimiento de la Seguridad Social, pero también insistió en que el elemento más importante para garantizar la viabilidad del sistema en España, por encima de la inmigración o de la demografía, "sigue siendo el empleo". "Que seamos capaces de generar más empleo y de más calidad será el elemento más importante para la sostenibilidad del sistema", dijo.
El presidente de la comisión del CES que se encarga cada año de preparar la memoria de la institución, Fernando Valdés Dal-Ré, apuntó después que la sostenimiento del sistema público de pensiones está hoy "suficientemente asegurado" hasta 2020.
Valdés Dal-Ré subrayó lo difícil que resulta hacer pronósticos a largo plazo y recordó que, a comienzos de los noventa, hubo voces que predijeron que el sistema de protección social en España "haría aguas alrededor de 2005", pero que no pudieron "ni imaginar" el "extraordinario flujo migratorio" que se iba a producir poco después ni que el país iba a disfrutar del período de crecimiento económico más importante de su historia reciente.
"Con la inmigración, aunque no sólo con ella, el sistema está más que garantizado a medio plazo", recalcó.
El CES considera que la llegada de inmigrantes está funcionado además como "un revulsivo de la demanda interna", y a través de ella, del conjunto del crecimiento económico del país; pero al mismo tiempo está generando un mayor gasto público en educación, en sanidad y en servicios "que no se planifican a corto plazo".
"Más allá de sus efectos en la afiliación y en la afiliación a la Seguridad Social, distintos indicadores informa de la madurez y permanencia del proyecto migratorio de muchos extranjeros llegados a España en los últimos años, así como de su penetración en todos los ámbitos", señala el Consejo en sus conclusiones sobre esta materia.
El CES también reconoce el efecto que el proceso de regularización ha tenido en el afloramiento de trabajo hasta ahora irregular, sin bien defiende -explicó su presidenta- que "la política de inmigración en España no puede basarse en medidas excepcionales, sino que hay que regular los mecanismos de carácter ordinario para la contratación de trabajadores extranjeros". EFECOM
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