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Sangría bursátil: el Ibex cae un 4% y reza por no perder los mínimos de 2009

La bolsa española no sabe ya dónde agarrarse. Ni siquiera los pesos pesados del Ibex 35 consiguen encandilar a unos inversores que con sus ventas generalizadas hicieron ayer descender al indicador un 3,99 por ciento, hasta los 7.079 puntos.

Perdido el nivel de los 7.100 y con mono de nuevas compras de deuda que no llegan a producirse por parte del Banco Central Europeo (BCE), los expertos sitúan los 6.700 puntos -mínimos de 2009- como el soporte que hay que vigilar.

Un castigo excesivo, irracional e incomprensible son algunos de los adjetivos que acuñaron los expertos para explicar la sesión bursátil de ayer. El Ibex 35 vivió su mayor caída desde noviembre, lo que llevó a doce compañías a cerrar por debajo de los mínimos de cinco años. Un comportamiento que obligó a Ecotrader a cerrar la mitad de la posición larga sobre el índice español abierta un día antes y a dejar el resto a expensas de lo que ocurra en el cierre semanal.

"Sorprende la caída de la bolsa cuando el bono español a diez años está razonablemente estable y cuando el Tesoro se enfrenta (hoy) a una subasta de bonos y obligaciones que no debería ser mala y en la que probablemente entre dinero", explicaba Ignacio Méndez, analista de Mirabaud. Y es que a diferencia de los descensos de otras veces, el de ayer se produjo con la rentabilidad del bono español al 5,8 por ciento y con una prima de riesgo que, aunque llegó a estar por debajo de los 400 puntos básicos, cerró en los 410 puntos.

Los grandes no convencen...

Hasta ahora eran las grandes compañías del Ibex las que con sus negocios internacionales aliviaban el pánico generado sobre la marca España. Sin embargo, los últimos acontecimientos vividos en Iberdrola y Repsol han puesto en evidencia la falta de confianza que existe también en ellas.

Sacyr, por ser el segundo mayor accionista de Repsol, e Iberdrola fueron ayer los valores más bajistas del parqué español (ver gráfico). El anuncio que hizo ACS un día antes con el mercado ya cerrado de desprenderse del 3,7 por ciento de la eléctrica para recortar su deuda supuso que Iberdrola perdiera ayer ni más ni menos que 1.834 millones en capitalización.

Sin embargo, el desencanto de los inversores no trascendió por el momento a las casas de análisis. El consenso de mercado de FactSet siguió recomendando mantener sus títulos. Un consejo que también tiene Repsol después de que la nacionalización del 51 por ciento de YPF esfumara el distintivo de compra que poseía desde febrero de 2010 y le hiciera perder los 19.000 millones en capitalización, tras acumular una caída del 12 por ciento en las últimas dos sesiones.

"Aunque Repsol ya descuenta un escenario de expropiación de YPF, creemos que todavía falta el flujo de noticias que supondrá el ajuste de Repsol y que pasará por rebajar su dividendo, hacer desinversiones o emitir bonos convertibles. Además, a corto plazo habrá revisiones de su calificación crediticia", opinan desde Sabadell. Por ahora, Moody's ya le puso en revisión ayer para una posible rebaja de rating.

...y la banca tampoco ayuda

El sector bancario fue, junto con el descenso del 4 por ciento de Telefónica tras el recorte de valoración de Citi, otro de los grandes lastres del parqué. "El mercado pide inyecciones de liquidez de la Fed o del BCE o algún tipo de estímulo político", asegura Daniel Pingarrón, de IG Markets. Pero por el momento no se vislumbran. Ayer el presidente del Bundesbank y miembro del Consejo de Gobierno del BCE, Jens Weidmann, dijo en una entrevista que el programa de compra de bonos en los mercados secundarios no está diseñado para contener los intereses de la deuda de ninún país en particular. "No deberíamos proclamar que se acerca el fin del mundo cuando los intereses a largo plazo de un país temporalmente superan el 6 por ciento", afirmó, a lo que añadió que son los Gobiernos quienes tienen que hacer sus deberes con reformas.

La banca española del Ibex cedió de media un 3,5 por ciento en un día en que se publicó que la morosidad del sistema financiero superó el 8 por ciento en febrero por primera vez en 18 años y en que Alemania y España chocaron sobre el destino del dinero del fondo de rescate. Bankinter y Santander fueron los más penalizados.

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