MADRID (Reuters) - El Ibex-35 cerró el jueves con descensos una jornada de alta volatilidad, con un mercado muy sensible y con un sector bancario muy afectado por un ampliación de capital de uno de los mayores bancos portugueses.
En la tarde, la caída del selectivo se moderó --llegó a caer un 2 por ciento tras una apertura de calma-- después de que rumores de que el viernes China dará a conocer un dato de PIB superior a lo previsto hayan alentado a las principales bolsas europeas.
"Los inversores están mirando mucho a China, que últimamente ha publicado datos macro negativos, por eso este rumor fue muy bien acogido", dijo Soledad Pellón, estratega de mercados de IG Markets.
Los rumores indican que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de China subirá al 9,0 por ciento frente a una previsión de 8,40 por ciento.
La analista también destacó que la fuerte ponderación en el selectivo del sector bancario llevó a que el Ibex-35 se moviera negativamente en gran parte de la sesión por el desplome bursátil de Espirito Santo.
El banco portugués cayó un 10 por ciento en una sesión en la que llegó a depreciarse un 15 por ciento, tras anunciar la víspera después del cierre una ampliación de capital de hasta 1.000 millones de euros destinada a mejorar su solvencia de cara a los nuevos requisitos de la Autoridad Bancaria Europea.
En este contexto, las acciones de BBVA y Santander se dejaron un 1,8 por ciento y un 1,4 por ciento, respectivamente.
Entre los bancos de mediana capitalización, Caixabank se dejó un 0,52 por ciento, Popular bajó un 0,87 por ciento, y Bankinter se depreció un 0,3 por ciento.
Sin embargo, las acciones de Bankia cotizaron a contracorriente, cerrando con un avance del 3,87 por ciento.
"Parece que el movimiento tan brusco de Bankia obedece a un cierre de posiciones cortas de inversores que han reclamado sus títulos", dijo una operadora.
En los últimos tres meses, Bankia viene siendo el peor valor del Ibex, con una caída del 29 por ciento, solo superada por la de Sacyr.
Fuera del selectivo, Banesto, el primero de los bancos en presentar resultados trimestrales, cayó un 0,8 por ciento tras anunciar una caída del 88 por ciento en su beneficio en medio de unas fuertes provisiones para cumplir con las nuevas exigencias de saneamientos inmobiliarios.
En el plano macroeconómico, los resultados negativos de una subasta de bonos en Italia que mostró una fuerte alza en sus costes de financiación reavivaron el nerviosismo sobre la capacidad de los países más endeudados de la zona euro para enfrentar sus objetivos presupuestarios.
El diferencial de la deuda española a 10 años frente a su equivalente alemán se relajaba cinco puntos básicos (pb) respecto a la apertura, situándose en 411 pb tras el cierre bursátil.
En este contexto, el Ibex-35 se dejó un 0,75 por ciento a 7.520 puntos, mientras el europeo FTSEurofirst subió un 1,08 por ciento.
Telefónica, el valor de mayor capitalización del mercado, fue el lastre más importante para el Ibex al caer un 1,5 por ciento.
La petrolera Repsol cayó un 0,9 por ciento mientras sigue la presión política sobre su filial argentina YPF y en un sector afectado por la noticia de un derrame de petróleo en instalaciones de la británica Royal Dutch Shell en el Golfo de México.
Los peores valores del Ibex fueron las constructoras, con un descenso del 3,57 por ciento en ACS después de que Credit Suisse anunciase una rebaja de su precio objetivo sobre la acción por la elevada deuda y exposición del grupo al sector público español.
En el sector, Sacyr cayó un 4,24 por ciento, FCC se depreció un 3,3 por ciento, y Acciona se dejó un 1,3 por ciento.
(Información de Feliciano Tisera; Editado por Rodrigo de Miguel)