Los mercados europeos de deuda pública, como los bursátiles, permanecieron cerrados ayer. Pero sí hubo actividad en los seguros contra el impago (CDS), que de este modo permitieron calibrar el estado de ánimo de los inversores con respecto a los países más expuestos a la crisis de la deuda soberana en la zona euro. Y el ambiente imperante no difirió del vigente en las últimas semanas. Las dudas persistieron, y con ellas las subidas de estos termómetros del riesgo, que repuntan cuando el mercado siente una mayor desconfianza.
El CDS sobre la deuda española escaló de los 463,5 a los 465 puntos básicos, con lo que alcanzó su nivel más alto desde noviembre. En lo que va de año se han revalorizado un 18,2%. El seguro contra el impago de la deuda italiana no se encuentra demasiado lejos de esas cotas. Ayer repuntó de los 417 a los 418 puntos básicos, el nivel más alto desde mediados de febrero. Estas subidas mantienen a ambos CDS entre los más altos del mundo, un síntoma de la desconfianza que los dos países inspiran en estos momentos entre los inversores.
Por encima de los 400 puntos
Esos mismos recelos son los que han recalentado sus respectivas primas de riesgo, es decir, el interés adicional que los inversores exigen a los bonos españoles e italianos a 10 años con respecto a los títulos alemanes con igual vencimiento. El pasado jueves, la prima española repuntó hasta los 402 puntos básicos, la mayor brecha desde noviembre y 76 puntos básicos por encima del nivel al que terminó 2011. En cuanto a la italiana, acabó la semana en los 372 puntos básicos, una cifra que aunque se encuentra por debajo de los 528 puntos básicos a los que despidió el pasado año, está por encima de los 278 puntos a los que llegó a caer en marzo.
Tras el deterioro de la posición de España en los mercados figuran las dudas con respecto a la capacidad del Ejecutivo de cumplir los objetivos de déficit y de sacar adelante o culminar otras reformas, como la financiera. "El mensaje aparentemente contradictorio del Gobierno español, con la ejecución de reformas y presupuestos austeros, por un lado, pero incumpliendo el objetivo de déficit inicialmente aceptado del 4,4% del Producto Interior Bruto (PIB), por el otro, ha levantado temores entre la comunidad inversora", explican desde Banca March. "España centró nuevamente la atención del mercado, y la presentación de los Presupuestos Generales del Estados para 2012 de la semana anterior no logró frenar el incremento de la incertidumbre sobre el ajuste necesario para reducir el déficit público hasta 5,3% este año", aseguran los expertos de Consulnor.
Y como remate, añaden: "El anuncio por parte del Gobierno que la deuda pública ascenderá a 79,8% del PIB en 2012, desde el 68,5% de finales de 2011, presionó los diferenciales de la deuda española, que escalaron hasta máximos de este año".
La clave del 5,5%
Con estas dudas caldeando el ambiente, la deuda española retomará hoy la actividad con una clave principal sobre la mesa: identificar si, como ha pasado otras veces, un rendimiento superior al 5,5% -el jueves cerró en el 5,75%- es interpretado como una oportunidad de compra por parte de los inversores. Si es así y el dinero vuelve, la rentabilidad se moderará; si no, será otra señal de que el mercado cada vez tiene más dudas con respecto a España.