París, 4 jul (EFECOM).- La producción agrícola mundial seguirá creciendo entre 2005 y 2015, sobre todo por la demanda de los países en desarrollo y de los más pobres, pero el ritmo de subida se ralentizará, lo que irá unido a un mayor peso de los productos animales y de las preocupaciones por la calidad.
Estas son algunas de las conclusiones del informe anual de "Perspectivas Agrícolas" de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que señala que los países menos avanzados tendrán que aumentar sus importaciones netas de alimentos porque su población progresará más rápido que la productividad.
Eso les expondrá todavía más "a los caprichos de las variaciones de preciso de los productos y a las fluctuaciones de las facturas de importaciones", advierte.
Frente a eso, las grandes economías en desarrollo serán "el principal motor del crecimiento mundial", con un tirón en particular del consumo en países como China e India y una progresión de las exportaciones que en otros como Brasil o Argentina superará la de la mayor parte de los miembros de la OCDE, comenta.
El conocido como "Club de los países desarrollados" vincula la ralentización del alza de la demanda agrícola con la de la población, que en el decenio 205-2015 será del 1,1% anual, un ritmo inferior al de los diez años precedentes.
Los autores del informe destacan que el aumento de los ingresos por habitante, unido a la urbanización creciente están modificando los hábitos alimentarios en la mayor parte de los países en desarrollo, con un alza del consumo de los productos animales, y por tanto de alimentación para el ganado, pero también de las frutas, las verduras y los alimentos transformados.
En esa línea, los intercambios mundiales de trigo y de cereales secundarios subirán a un ritmo "moderado" en el decenio 2005-2015, mientras los de arroz lo harán a mayor velocidad.
Por su parte los aceites vegetales comestibles y las harinas proteicas utilizadas en la alimentación animal superarán a escala global a los cereales.
La OCDE calcula que como los precios de la energía se mantendrán elevados, se favorecerán los cultivos utilizados para elaborar biocarburantes, como el maíz en Estados Unidos (lo que frenará sus exportaciones) o la caña de azúcar en Brasil (que no impedirá a este país continuar ganando cuota de mercado).
Paradójicamente, se muestra más circunspecta sobre los intercambios mundiales de carne debido a la "recurrencia" de las epizootías que podrían implicar una revisión a la baja de la previsión, mientras augura un mantenimiento de precios "firmes" de los lácteos por el tirón de la demanda en el mundo desarrollado y el reducido aumento de las exportaciones europeas y de Oceanía.
Los autores del informe advierten de que la progresión de los intercambios será "decepcionante" debido a "la persistencia de importantes barreras comerciales y controles reglamentarios sobre la seguridad de los alimentos y las características medioambientales".
El peso de los miembros de la OCDE en el total mundial se reducirá tanto en la producción como en el consumo de productos agrícolas.
La subida de la producción en el decenio de referencia será del 2,6% en el aceite vegetal, del 2,4% en la carne de ave, del 2,2% de las oleaginosas, del 1,9% de la carne bovina, ovina y del azúcar, del 1,6% de la mantequilla, del 1,5% de la leche, el queso o el arroz y del 1,2% del trigo. EFECOM
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