La última revisión semanal de las encuestas sobre tendencias -una, la elaborada por la Asociación Americana de Inversores Individuales (AAII), la otra, a través de la herramienta Sentimiento del Mercado creada por elEconomista- arroja un dato que no suele ser habitual: tanto en Wall Street como el Ibex el sentimiento es el mismo. Y se llama indefinición.
Si se observa el gráfico, se puede ver cómo apenas ha habido cambios en las intenciones de los inversores. En EEUU los alcistas siguen al mando, al equivaler al 42,5 por ciento del total (con un ligerísimo repunte respecto a la semana anterior), por lo que se podría afirmar que los datos recogidos por la AAII aún no reflejan los efectos del último mensaje de Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal, que el pasado lunes deslizó la posibilidad de la activación de una tercera ronda de estímulo cuantitativo o QE3. En España, aunque los neutrales (las casas de inversión que no han modificado sus valoraciones) siguen siendo mayoría con un 36,71 por ciento, también es cierto que prosigue su desgaste ante los frentes abiertos tantos por bajistas como por los alcistas.
Y eso que los indicadores de EEUU y el español no han podido llegar al final del primer trimestre de 2012 en condiciones más distintas: mientras que el Dow Jones y el Nasdaq cotizan en la zona de máximos, el Ibex 35 registró esta semana su nivel más bajo de lo que llevamos de ejercicio, salvando in extremis el soporte de 8.000 puntos en el cierre del viernes, y se clasifica claramente como la oveja negra del parqué europeo al presentar pérdidas del 6,52 por ciento.
¿Qué puede explicar, entonces, que los inversores no quieran definirse? En España, inversores y analistas se han mantenido a la expectativa de la publicación de los presupuestos generales del Estado, que el Gobierno había retrasado hasta después de las elecciones de Andalucía. En EEUU, al igual que otros parqués como el Nikkei o el Dax, que suben en torno a un 20 por ciento, los analistas hablan de una consolidación tras dos meses de fuertes compras con baja volatilidad.
