Fiel a la correlación que mantiene con la crisis de la deuda de la eurozona, el euro volvió ayer a cotizar al compás de los mercados del Viejo Continente. Estos optaron por despedir la sesión en números rojos y el euro no fue menos. Firmó su tercera sesión consecutiva a la baja, su peor racha desde principios de mes, tras perder un 0,40%, hasta situarse en los 1,3181 dólares. No obstante, aún aguanta en positivo en su cruce con el billete verde en el conjunto del año, ya que se anota un 1,91%.
Pero no fue el dólar la divisa contra la que más retrocedió la moneda única. Ese honor se lo llevó en esta ocasión el yen. El euro se contrajo un 1,46% hasta los 108,61 yenes, ya que a las negativas percepciones sobre Europa se unieron las positivas sobre Japón, tras conocerse que su economía volvía a registrar superávit comercial, lo que avala su progresiva recuperación económica un año después del tsunami y posterior crisis nuclear a las que tuvo que enfrentarse el país nipón. Esto explica que también se apreciara, en esta ocasión un 1,21%, frente al dólar, que se intercambiaba ayer a 82,40 yenes.
El oro ya no es refugio
La apreciación del dólar frente al euro encontró también en el oro a uno de sus grandes perjudicados. El precio de la onza siguió con su tónica descendente de los últimos días y despidió la sesión en los 1.642 dólares, el nivel más bajo desde el 13 de enero.
Y no fue la materia prima que más cayó. El petróleo sintió en su cotización las dudas acerca de la economía, ya no sólo europea, sino también china, y experimentó una de las mayores caídas de las últimas sesiones. Así, el barril Brent, referente en Europa, retrocedió un 1,18% hasta los 122,74 dólares y peor le fue al barril West Texas, referencia en EEUU, que cayó un 2,13% hasta los 104,98 dólares.