Si conoce páginas web como atrapalo.com, rumbo.es o skyscanner.es, entonces le va a resultar muy sencillo entender cómo funciona priceline.com.
Para quien no esté familiarizado con la organización de viajes a través de páginas web, para entender el modelo de negocio de esta tecnológica americana debe saber que funciona como un buscador que facilita al usuario las mejores ofertas para viajar en avión, alquilar automóviles, contratar cruceros o reservar hoteles, entre otros usos.
Tirón alcista que conquista a todos
Es innegable que el difícil contexto económico ha fomentado el auge de este tipo de páginas, que ofrecen las ofertas más ventajosas para cada bolsillo. En el caso que nos ocupa, y según datos de Bloomberg, un 60% de los ingresos de Priceline procede del exterior de EEUU, "predominantemente Europa"; de hecho, su filial holandesa booking.com (adquirida en 2005) es la principal fuente del crecimiento de la americana. Otro de los principales contribuidores a la hucha de Priceline es agoda.com, la empresa sita en Bangkok que compró en 2007, y que sólo en el último trimestre fue la principal responsable de que el número de reservas internacionales se incrementase un 66%, hasta 3.910 millones de dólares.
Pero Priceline no sólo se gana a los clientes con sus servicios, también a inversores y bancos de inversión. No en vano, el valor se encuentra actualmente en máximos anuales, que remiten a su vez a precios inéditos desde julio de 1999, el año que esta compañía debutó en bolsa. Una acción de Priceline puede costar actualmente unos 670 dólares, gracias a las alzas de casi el 44% que está acumulando el valor desde el comienzo del año. Pese a ello, la media de analistas estima que el valor cotiza alrededor de un 10% por debajo de su precio objetivo, los 725 dólares (a precios actuales). La estadounidense ostenta un firme consejo de compra, con un seguimiento de 23 firmas de bolsa.
Una muestra de las pasiones que está levantando Priceline entre los inversores se pudo ver el pasado 13 de marzo: la compañía colocó bonos convertibles con vencimiento a marzo de 2018 y un cupón del 1%, fijando el precio de conversión en 1,06 acciones por cada 1.000 dólares, lo que significa que para que la inversión sea rentable el valor debería madurar hasta los 944,61 dólares por título, según informa Bloomberg.
De hecho, la tecnológica no sólo gusta, también convence, porque hasta ha conseguido que Standard & Poor's mejore su perfil de crédito (ver páginas 8 y 9).
El tirón de la compañía, junto con la fortaleza de sus fundamentales -y por no hablar del creciente interés inversor en el segmento de la tecnología norteamericana, uno de los más alcistas de 2012-, ha procurado que Priceline se incorpore a la lista de ideas internacionales que integran el Monitor del Mercado, la nueva herramienta de seguimiento de elEconomista.
Beneficio sostenible
En realidad, la gran virtud de Priceline la reflejan sus previsiones para los próximos años. El valor encierra una auténtica promesa de crecimiento: para 2012, el consenso de mercado estima que sus ganancias se incrementarán un 40%, hasta 1.137 millones de dólares. Sus beneficios netos seguirán creciendo a ritmo de doble dígito (salvo en 2015), hasta alcanzar la cifra récord de 2.034 millones de dólares en 2016. Y además, con una extraordinaria generación de caja: la cantidad prevista para este año incrementará un 76%, hasta 2.826 millones. Todo esto, sin descuidar sus márgenes de beneficio: por cada unidad que venda este ejercicio, el 27% se transformará en beneficio. Como remate, cotiza al PER (veces que se recoge el beneficio en el precio de la acción) más bajo desde 2002, 20,4 veces (ver gráfico).