Que el ministro de finanzas alemán,Wolfgang Schäuble, dijera ayer que "España no es Grecia", podría haberse convertido en una excusa para que los inversores optaran por comprar acciones made in Spain. Pero parece que éstos se dejaron llevar más por las nuevas exigencias de Bruselas, que presionó a España para que anuncie sus próximos recortes, así como por las malas noticias que se conocieron en torno a uno de sus sectores clave: el eléctrico.
A los inversores no les gustó el informe publicado el pasado viernes por la CNE, en el que anunció que no revisará las primas a las renovables, lo que hubiera servido para reducir el déficit tarifario. Y también dudaron sobre las repercusiones que puede tener la activación de los CDS en los bancos, otro de los sectores clave del índice español. Y todo esto sirvió para justificar que el Ibex 35 cerrara la sesión con una caída del 1,24 por ciento, hasta los 8.180 puntos. Sólo seis valores aguantaron en positivo; entre ellos Sabadell (SAB.MC)y Sacyr (SYV.MC), que se anotó alzas cercanas al 4 por ciento tras conocerse que podría estar negociando la venta de su participación en Itínere.
El Ibex se convirtió así, con diferencia, en el peor de Europa, ya que el alemán Dax, el galo Cac 40 y el británico Ftse consiguieron acabar la sesión en positivo, mientras que el italiano Mibtel aguantó el tipo al registrar una caída de sólo el 0,13 por ciento (ver gráfico).
Tensión en los bonos
La tensión que se vio en el parqué español se extrapoló esta vez al mercado de bonos. La rentabilidad de la deuda pública a diez años subió levemente del 4,99 por ciento al 5,05 por ciento. Y esto unido a la fuerte caída que experimentó el bono alemán (bund), del 1,79 al 1,75 por ciento, nuevo mínimo anual, situó la prima de riesgo española en los 330 puntos básicos. Similar evolución se vio en la prima de riesgo italiana, que se disparó hasta los 316 puntos básicos, después de que la rentabilidad de su bono a diez años repuntase hasta el 4,91 por ciento. Y eso pese a que el BCE anunció que la semana pasada retomó sus compras de deuda periférica, al adquirir 27 millones, lo que eleva a 218.000 los millones de euros adquiridos.
También se vivió cierta tensión en el mercado de CDS. Los de Portugal, España e Italia ocuparon tres de los cinco primeros puestos del ranking de mayores repuntes, ante el temor de que con la reestructuración griega no se acabe la crisis de la eurozona. "La reestructuración es un paso, pero sólo el primero de muchos, ya que reducir del 160 al 120 por ciento la deuda sobre el PIB requiere de más reestructuraciones", afirman desde Aberdeen AM.