Quién nos iba a decir hace tres o cuatro años que los activos de renta fija soberanos (emitidos por los Gobiernos) de los países emergentes formarían parte de las carteras de los principales clientes institucionales del mundo y que, además, el motivo de este cambio no iba a ser por la famosa diversificación, sino porque en la gran mayoría de casos tienen menos riesgo que los de las economías desarrolladas.
Los dos bonos principales del mundo (Alemania y EEUU) cotizan con unas rentabilidades ridículas, unos por las compras por parte de la Fed americana y los otros por la estrategia de Merkel de convertir al bund en el activo refugio por excelencia en nuestra zona común. Las rentabilidades son muy dispares, pero con graves problemas en determinados países, por lo que su riesgo aún es alto.
En cambio tenemos otras zonas en países emergentes donde los criterios básicos que seguimos en renta fija, como déficit público, deuda pública, balanza comercial o crecimiento del PIB, se encuentran en niveles similares a los de los países desarrollados hace 10 años, por lo que deberíamos ver una explosión de este tipo de activo en los próximos ejercicios.
Aprovechar este escenario
Estamos hablando de una tipología de producto que está naciendo en muchos casos y con un mercado de capitales que está empezando, por lo que las inversiones irán encaminadas a bonos soberanos de grandes economías, bonos soberanos en moneda local y bonos corporativos.
Dentro de la gama de bonos soberanos tenemos el más seguido en Wall Street, el USD Em. Market Bond Fund (EMB), producto bien diversificado y con un buen track record. Ésta es nuestra apuesta. También tenemos la opción de invertir en soberanos emergentes en moneda local añadiendo el riesgo de la correspondiente divisa (con lo que tenemos un riesgo adicional) invirtiendo en el Em. Market Local Debt (ELD).
Por último, planteamos la posibilidad de invertir en bonos corporativos emergentes en un ETF de reciente creación e interesante a medio plazo, como es el Em. Market Debt Corporate Fund (EMCB).
Continuamos inmersos en un escenario alcista basado en una estrategia de rugby conocida como patada a seguir, algo que no nos parece una opción interesante, puesto que los problemas volverán a aparecer. Aconsejamos prudencia en este entorno.