Se espera que la economía nipona esquive la recesión con un incremento del PIB del 1,7%, la tasa más elevada entre las economías más desarrolladas tras el 1,8% de EEUU. Además, la bolsa japonesa acumula en 2012 un alza del 17%, la mayor entre los principales parqués
El domingo se cumplió el primer aniversario tras el desastre natural que azotó a Japón en 2011. El terremoto y el posterior tsunami se cobró en este país más de 15.000 víctimas mortales. Un coste infinitamente inferior a la pérdida de vidas humanas, pero también relevante lo afrontó su economía que en 2011 decreció un 0,9%. El PIB japonés en 2011 se quedó en los 4.218.401 millones de euros cediendo el testigo ya claramente a China como segunda potencia económica.Sin embargo, por muy dura que sea la tormenta siempre acaba saliendo el sol y en lo que respecta a la economía y a la bolsa de este país ya se vislumbran los primeros rayos de luz.
No en vano, el FMI en su informe de perspectivas económicas para 2012 prevé que Japón sea, tras EEUU, el país que más crezca entre las principales economías avanzadas, concretamente un 1,7%, al igual que Canadá. Además, la bolsa nipona, en lo que va de año, es la que mejor se comporta frente al resto de las principales plazas bursátiles mundiales. Su rentabilidad supera el 17% y se encuentra a menos del 5% de sus niveles previos a que se produjera la catástrofe natural.
Con estos datos como carta de presentación Japón se erige como una opción de inversión a tener en cuenta en este 2012. Shogo Maeda, responsable de renta variable japonesa de Schroders, analiza la marcha de la reconstrucción del país y las perspectivas del mercado. "Cuando se produjo el terremoto, la mayor preocupación a largo plazo tanto para el mercado de renta variable como para la economía era que la capacidad de generación de beneficios de las compañías japonesas hubiese resultado fuertemente dañada; sin embargo, esto no ha sucedido", señala. "Los beneficios corporativos han demostrado, y lo seguirán demostrando en adelante, una recuperación significativa durante el año, y las rentabilidades han rebotado tras el desastre", añade.
Opciones de inversión
Entre las varias opciones que hay para sumarse a la recuperación económica nipona y al tirón de sus índices bursátiles destacan en renta variable las automovilísticas Toyota, Honda y Mitsubishi, todas ellas con una recomendación de compra clara por parte del consenso de mercado, y una rentabilidad acumulada, superior al 20%, a la par que aún gozan de un recorrido al alza de un 5% como mínimo, por lo que todavía no es tarde para subirse al tren -ver gráfico-. A un ritmo menor pero tampoco nada desdeñable se sitúan la tecnológica Canon y la tabaquera Japan Tobacco, con un crecimiento de sus acciones en el ejercicio de un 6,6 y un 18%, respectivamente. Al igual que las automovilísticas, gozan de un consejo de compra y de un recorrido significativo en el parqué, de un 17 y un 13%.
Si prefiere que la inversión de su patrimonio la lleven gestores, los fondos de inversión que invierten en Japón y gozan de la mejor nota de calidad por parte de Morningstar son: Fidelity Japan Advantage, Henderson Horizon Japanese, Uni-Global Min Variance Japan , Invesco Japanese Eq Advantage y Aberdeen Global Japanese. Destaca el fondo de la gestora Henderson Management que en el año acumula un rendimiento de casi el 8% en 2012 y de un 21 en el último trienio. A la vez es el que cobra el menor porcentaje de comisión gestora, un 1%.
En el ámbito de la renta fija, destaca que Japón es el país desarrollado más apalancado (su deuda supone más de un 200 por ciento de su PIB) pero eso no se traduce en un severo castigo por parte de los mercados con un aumento siginificativo de sus tipos de interés. De hecho, el coste de Japón por financiarse es inferior al de Alemania y EEUU, por tres factores. El 94% del total de la deuda nipona está financiada por sus propios habitantes, que han tenido niveles históricamente altos de ahorro, además los japoneses tienen mucho sesgo inversor a favor de su país. Los japoneses son muy pacientes a la hora de deshacer posiciones con sus títulos de deuda, eso blinda sus activos frente a posibles ataques especulativos, aunque drena liquidez a esos valores. Y, finalmente, las expectativas inflacionistas han sido muy bajas. Pese a las bajas remuneraciones que ofrecen estos títulos, la población obtiene una rentabilidad superior a la subida de precios con esa inversión.
Respecto a su divisa, los esfuerzos del Banco oficial de Japón (BoJ) por debilitar al yen frente al resto de monedas se han notado. En el año, contra el dólar se ha depreciado un 7% mientras que su cruce frente al euro y la libra ha caído un 8 y un 8,6% en cada caso. Pese a todo, los datos de enero reflejan que continúa el deterioro del saldo de la balanza por cuenta corriente, las exportaciones cayeron un 0,4% en ese mes, con lo que el BoJ seguirá presionando a la baja el valor del yen para hacer sus exportaciones más competitivas.