
El patrotismo no es exclusivo de los norteamericanos. Ni siquiera es algo de lo que sólo puedan presumir los franceses. También los españoles han sacado del baúl sus banderas rojigualdas en un contexto de crisis de deuda soberana que, aunque se inició en territorio griego, ha acabado salpicando a todos los países mediterráneos. No en vano las crisis, como siempre dicen los expertos, suelen acarrear oportunidades. Y éste parece haber sido el lema que ha marcado la estrategia de las gestoras de fondos españolas.
Tras años en el ostracismo -antes de este año había que remontarse a 2009 para ver el lanzamiento del último fondo que invirtiera en exclusiva en deuda pública española- los fondtesoros, ya sea en su formato garantizado o no, parecen haber copado los escaparates de la temporada de invierno de las firmas nacionales gracias al carry trade que llevan a cabo sus bancos (reciben préstamos al 1% a tres años y compran deuda al 5% a diez años) . Sólo así se explica que de los 29 nuevos fondos de inversión que se han registrado en la CNMV en lo que va de año, siete especifiquen en sus folletos que invertirán la mayor parte de su patrimonio en deuda pública española, lo que supone el 24,13% del total de los nuevos fondos que han visto la luz este año.
La rentabilidad, una causa...
Si hay una explicación a que la deuda pública se haya convertido en la inversión de moda para las gestoras españolas, ésa es el potencial que ofrecen los títulos nacionales. "Nuestra opinión sobre la deuda pública española es positiva, especialmente en emisiones con vencimientos hasta tres años. En la medida que el panorama europeo se vaya despejando, la deuda pública española recuperará el interés de los inversores por los fondos que invierten en este activo", afirman desde Invercaixa. La gestora es, precisamente, una de las que han decidido apostar por esta estrategia para vestir uno de sus nuevos fondos. También han seguido esta tendencia otras como Bankia, Unnim, Ahorro Corporación y, más recientemente, BBVA.
De momento, las cifras avalan su decisión. En un contexto en el que el Ibex 35 pierde un 4% en el año, los fondos que invierten en deuda pública española consiguen rentabilidades superiores al 1,5% en lo que va de 2012 e incluso algunos superan el 10% desde que el 23 de diciembre el BCE anunció la primera de las dos subastas de liquidez a la banca. Se benefician de la relajación que se ha visto en el bono español a diez años, que ha pasado del 5,08 al 5,05% este año, y sobre todo de la que ha experimentado la deuda pública en sus plazos más cortos, ya que no hace tanto, en diciembre concretamente, el Tesoro debía abonar por sus letras a doce meses intereses del 5%, frente al 1,89% que pagó en la última subasta.
...pero no la única
Pero la fiebre por la renta fija española también obedece a otros criterios que van más allá de los intereses de los inversores. "Los bancos cuando pueden disminuir riesgo lo hacen y ahora lo están haciendo traspasando parte del riesgo que ofrece la deuda pública a sus inversores de fondos, aprovechando que la deuda también puede ofrecer ahora atractivo", afirma Ricardo Sánchez Seco, analista de fondos de Gestiohna. Es decir, compran deuda pública nacional -de hecho, sus tenencias de bonos españoles se han disparado un 26%- y luego la distribuyen entre sus inversores, lo que permite diversificar así el riesgo de sus balances.
Además, el hecho de que opten por estos activos a través de fondos garantizados en muchos casos también tiene otra lectura. "Lo que hacen las gestoras es comprar deuda pública española como garantía y con lo que reciben por los atractivos cupones compran opciones, lo que les permite mejorar sus márgenes", afirma Juan Ramón Caridad, de Swiss&Global.