Bolsa, mercados y cotizaciones

Bernanke prevé un crecimiento débil con riesgo de inflación

El presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, alentó este miércoles la idea de otra rápida reducción de tasas de interés para sostener la economía estadounidense, sacudida por la crisis inmobiliaria y la limitación del crédito.

"Las últimas informaciones recibidas después de nuestra reunión de enero continúan sugiriendo que la actividad se mantendrá débil a corto plazo", declaró Bernanke en un discurso ante el Congreso. "Los riesgos de deterioro de las perspectivas económicas se mantienen", agregó Bernanke, quien reiteró la disposición de la Fed a continuar bajando sus tasas si fuera necesario. El banco central "actuará en el momento oportuno y si fuera necesario, para enfrentar esos riesgos", agregó.

Estos comentarios fueron interpretados en general por los mercados como la promesa de una nueva reducción de la tasa directriz -que hoy está fijada en el 3%- en la próxima reunión de la Fed, el 18 de marzo. "Prevemos una nueva reducción de medio punto en esta reunión. La Fed podría luego bajar su tasa hasta el 2% hacia mediados de año", afirma Stephen Gallagher de la Societé Générale.

En su intervención, Bernanke retomó las líneas generales del discurso pronunciado ante el Congreso dos semanas atrás, agregando proyecciones económicas publicadas la semana pasada.

El presidente de la Fed comenzó a inquietarse sin embargo por el riesgo de una aceleración de la inflación. "Existen también riesgos de que la inflación aumente, principalmente si los precios de la energía y de la alimentación no bajan o si las empresas repercuten más de lo previsto el alza de los precios de las materias primas o la debilidad del dólar sobre los clientes", estimó. Un alza de los precios de la energía este año al mismo ritmo que el año pasado es "bastante improbable", reconoció. Además, la desaceleración económica en el mundo podría también tener el efecto de limitar la inflación.

Pero las advertencias sobre la inflación son cada vez más frecuentes en boca de los responsables de la política monetaria. La Fed subió a finales de enero sus previsiones de inflación a un margen de entre el 2,1 y el 2,4% para la general de este año y de entre el 2 y el 2,2% para el índice de base (que excluye la alimentación y la energía).

Esta combinación de un crecimiento débil y de una amenaza inflacionaria reavivan el fantasma de la estanflación y plantea un serio dilema al banco central, ya que cada uno requiere en teoría soluciones contradictorias: bajar las tasas para sostener la actividad o subirlas para detener el aumento de precios.

Por el momento, la Fed opta por favorecer el crecimiento, como lo atestigua su promesa de reducir las tasas de interés. Bernanke mencionó tres veces "los riesgos que pesan sobre el crecimiento" en su discurso, anota Brian Bethune, del gabinete Global Insight, que pronostica una "recesión suave" en el primer semestre.

Sin utilizar el término recesión, el jefe de la Fed enumeró una serie de riesgos para la coyuntura estadounidense, que incluyen "la posibilidad de que el mercado inmobiliario residencial o el mercado laboral se deterioren más de lo previsto, o que las condiciones del crédito continúen ajustándose netamente". La contracción del mercado inmobiliario principalmente debería continuar afectando la actividad "en los próximos trimestres", mientras que los mercados "continúan bajo considerables presiones", advirtió Bernanke.

Las ramificaciones de la crisis inmobiliaria, largamente contenidas, comienzan a hacerse sentir en el resto de la economía, con una desaceleración del consumo y una inversión "sin duda débil" en el primer semestre de 2008 por parte de las empresas, señaló.

Finalmente, Bernanke estimó que la debilidad del dólar tiene un cierto efecto "inflacionario", aunque constató que por ahora los inversores extranjeros no parecen desprenderse masivamente del billete verde.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky