Bolsa, mercados y cotizaciones

Los alcistas ganan el pulso en Europa

La esperada cita llegó. Dos meses después de la primera inyección de liquidez a tres años del Banco Central Europeo, el miércoles volvió a abrir la barra libre por segunda vez, y última por el momento, para cubrir las necesidades de la banca europea.

Lo que pudo generar un sentimiento de euforia en el inversor al principio, se tornó en un sentimiento de incertidumbre después de escuchar las declaraciones de Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal, en la comparecencia ante el Comité de Servicios Financieros del Congreso de EEUU, donde no dio señales de que la Fed se esté planteando una tercera ronda de estímulos a la economía, más conocido como QE3. Tras la publicación de algunas referencias macroeconómicas positivas al otro lado del Atlántico y sin nuevos estímulos económicos a la vista a medio plazo, los alcistas lograron ganar el pulso a los bajistas en el balance semanal. Así, el Ibex, que subió un 0,18 por ciento el viernes, logró acumular un alza del 0,42 por ciento en el conjunto de la semana, hasta los 8.563 puntos. Pese a todo, sigue siendo el único indicador en terreno negativo en lo que va de año.

Sin embargo, la semana no empezó con optimismo. El lunes, la aprobación en el Parlamento alemán del segundo rescate griego no fue suficiente para que las bolsas europeas se decantaran por las compras, y es que la ausencia de soluciones definitivas a la crisis que dejó a su paso la cumbre del G20 celebrada el pasado fin de semana marcó el compás del mercado. Los principales ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales volvieron a poner de manifiesto la necesidad de crear un nuevo fondo de rescate mundial canalizado a través del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ascendería hasta los dos billones dólares, aunque con condiciones. El requisito de este nuevo recurso, que podría aprobarse en abril, es que la Unión Europea (UE) amplíe sus propios fondos de rescate hasta los 750.000 millones de euros. Un obstáculo ante la negativa de Alemania, que no impidió que las grandes bolsas europeas -salvo una- lograran ganancias semanales. Esa excepción fue la bolsa inglesa, que cedió un 0,4 por ciento en el conjunto de la semana. En el lado opuesto, el parqué italiano, donde vuelve a estar permitido operar en corto, fue el más alcista con una subida del 2,52 por ciento; mientras que el índice francés y el alemán registraron incrementos superiores al 0,8 por ciento.

Al otro lado del Atlántico, la publicación de algunos datos macro positivos -como la revisión al alza del crecimiento de EEUU en el último trimestre- propiciaron el buen comportamiento de Wall Street. De hecho, el Dow Jones logró cerrar el martes por encima de los 13.000 puntos por primera vez desde mayo de 2008.

Relajación en el mercado de deuda

El efecto de la barra libre de liquidez del BCE no sólo tuvo su efecto de relajación en los mercados de renta variable. La prima de riesgo española, que mide la diferencia entre la rentabilidad de nuestro bono y el alemán a diez años, logró reducirse un 1,73 por ciento esta semana, hasta los 310 puntos básicos. Por su parte, el rendimiento del bono español a diez años logró cerrar por debajo del 5 por ciento. En concreto, el interés que ofrece se sitúa en el 4,9 por ciento, frente al 5,04 que ofrecía hace una semana. Aunque, sin duda, las compras fueron más intensas todavía en la deuda italiana. El rendimiento de los bonos transalpinos retrocedió del 5,48 al 4,9 por ciento, el nivel más bajo desde el 1 de julio, mientras que el diferencial se relajó un 13,67 por ciento respecto al viernes anterior, desde los 359 a los 310 puntos básicos.

El euro también reaccionó a los acontecimientos de la semana. La moneda única alcanzó los 1,34 dólares en su cruce con el billete verde el pasado martes, un día antes de que el BCE inyectara liquidez a la banca en un nuevo ejercicio de búsqueda de confianza, logrando así el cambio más favorable desde principios de diciembre. A pesar de ello, el saldo semanal del euro fue negativo (como el del oro y el Brent) al descender un 1,7 por ciento, hasta los 1,32 dólares.

La caída semanal del 1,3 por ciento del precio del barril Brent se produjo después de que en los últimos días llegara a situarse en los 126,2 dólares (su valor más alto desde abril). Sin embargo fue el metal precioso quien más osciló -cayó un 3,6 por ciento- ya que la ausencia de señales de más estímulos monetarios adicionales en el discurso del presidente de la Fed ocasionó una venta masiva de onzas de oro llevando ese mismo día al precio del metal hasta los 1.711 dólares.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky