Ginebra, 1 jul (EFECOM).- El director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy, admitió hoy que las divergencias entre los miembros han llevado las negociaciones de la Ronda de Doha hasta la "crisis", pero apuntó que todavía no tiene por qué cundir el "pánico".
"No hemos hecho progresos. Hay que admitirlo, pero creo que no es insuperable. Es una crisis, pero parece manejable, y todavía no hay pánico", indicó Lamy, en conferencia de prensa después de que se diera por concluida la reunión mantenida esta semana en Ginebra.
Los 149 países de la OMC fueran incapaces de ponerse de acuerdo sobre las fórmulas y cifras para abrir los mercados de bienes agrícolas e industriales, y para lograrlo en las próximas semanas le han pedido a Lamy que sea el "catalizador" de los contactos.
Ese papel de intermediador y catalizador "implica sus riesgos, lo sé, pero si no creyera que la posibilidad real de conseguir un acuerdo a tiempo y salvar las diferencias existentes no habría asumido este encargo", apuntó Lamy.
El máximo responsable de la OMC no aclaró sin embargo cómo tiene previsto realizar ese cometido durante las próximas cuatro semanas, antes de que tenga lugar la próxima reunión en Ginebra, aunque sí adelantó que tendrá que cambiar de métodos.
Los miembros de la OMC "están de acuerdo en que necesitamos una forma diferente de operar y por eso me han pedido que ejerza este papel, que implicará entre, otras cosas, "búsqueda de compromisos diplomacia, consultas a alto nivel, confesiones y numerosas comprobaciones".
"Ya que el tiempo no está de nuestra parte", porque "todos estamos firmemente comprometidos a cerrar la Ronda de Doha este año", Lamy explicó que "lo único que queda por hacer es lograr que los principales negociadores hagan concesiones" que permitan margen suficiente como para negociar y "eso es lo que voy a intentar".
Esos principales negociadores son Estados Unidos, la Unión Europea (UE), Brasil, Australia, India y Japón, que forman el llamado G-6, un grupo que ha llevado el peso de las negociaciones de esta semana en Ginebra.
"Lo que está absolutamente claro es que todos los países, los del Norte y los del Sur, las economías menos desarrolladas y los países más avanzados tiene el firme propósito de acabar las negociaciones -de la Ronda de Doha- antes del final del año".
Sobre la posibilidad de que se aproveche la reunión del G-8 (los países más industrializados y Rusia) a mediados de este mes en San Petersburgo para aproximar posiciones sobre las negociaciones pendientes, Lamy aseguró que no ha sido invitado a esa cita.
El comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, ya rechazó hoy que ese foro sea el apropiado para abordar la manera de realizar progresos en esa negociación. EFECOM
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