El inversor reconoce que erró en su previsión inmobilia pero augura que volverá a coger impulso.
El matrimonio corporativo formado por Warren Buffett y su socio, Charlie Munger, supone todavía una de las relaciones más fructuosas del mundo empresarial de Estados Unidos. Al fin y al cabo, su retoño, Berkshire Hathaway, cuenta en la actualidad con una capitalización bursátil de 200.000 millones de dólares y está considerada como una de los diez conglomerados más importantes del país. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, en la trastienda de Wall Street muchas son las quinielas que barajan quién será el próximo sucesor del conocido como el Oráculo del Omaha, cuya fortuna supera los 44.000 millones de dólares.
El nombre de su discípulo todavía se hará esperar pero Buffett reconoció el pasado sábado a través de su anhelada carta anual, que el consejo de Berkshire Hathaway ya sabe quién será el elegido. Los miembros del consejo están "entusiasmados con mi sucesor, una persona con la que ya han tenido una amplia relación y cuyas cualidades de gestión y valores humanos admiran", reconoció el tercer hombre más rico del mundo en su misiva. Buffett quitó hierro al asunto de su sucesión, al determinar que "cuando la compañía requiera esta transferencia de responsabilidad, el proceso será perfecto".
La presión sobre el Oráculo de Omaha, de 81 años de edad, es importante, especialmente si tomamos en cuenta las cifras presentadas por Berkshire Hathaway el pasado fin de semana. Así, el año pasado pudo considerarse como un año horribilis ya que el benefició alcanzó los 10.300 millones de dólares, alrededor de un 21% menos que en 2010. El terremoto en Japón causó que el negocio de aseguradoras del conglomerado dirigido por Buffet tuviera que asumir alrededor de 1.700 millones en pérdidas por la catástrofe.
Varapalo inmobiliario
Sin embargo, donde Berkshire y su capitán desde la década de los 70 sufrieron su mayor varapalo durante 2011 fue en sus negocios relacionados con el sector inmobiliario. Si hay algo que caracteriza a este inversor es que sabe reconocer sus errores por eso no dudó en afirmar que estuvo "totalmente equivocado", con su predicción de que el mercado inmobiliario de EEUU debería haber comenzado su recuperación a estas alturas. En este sentido reiteró que la vivienda levantará cabeza en algún momento y ayudará a reducir la tasa de paro del país, pero prefirió omitir fechas.
El inmobiliario continúa a día de hoy en "una depresión" pero el de Omaha indicó que volverá a coger impulso ya que algunos de los factores humanos que lo controlan no pueden anularse de forma indefinida. "La gente puede aplazar ciertas decisiones en tiempos de incertidumbre, pero, finalmente, las hormonas volverán a resurgir", matizó y bromeó al afirmar que "vivir con los suegros puede perder rápidamente su atractivo".
El desatino de Buffett con respecto al sector inmobiliario ha salido caro a las cuentas de Berkshire Hathaway, que cuenta con más de ocho decenas de subsidiarias en las más variopintas industrias. De hecho, sus firmas directamente expuestas al mercado de la vivienda como Acme Brick, Clayton Homes y Shaw Carpets, registraron el año pasado unos beneficios antes de impuestos de 513 millones, muy lejos de los 1.800 millones de dólares que llegaron a generar en plena burbuja inmobiliaria, allá por 2006.
El Oráculo de Omaha dejó claro que la discusión sobre quién será su discípulo, "no debe malinterpretarse". "Ni Charlie ni yo nos vamos a ir a ningún sitio, seguimos teniendo una salud excelente y nos encanta lo que hacemos", aclaró. De todas formas, más de un inversor respiró aliviado al conocer que ya tiene un sucesor.
Hasta ahora, sólo se sabía que el consejo contaba con tres posibles candidatos y que esperaba trocear las responsabilidades a día de hoy asumidas por Buffett en tres posiciones distintas: consejero delegado, presidente del consejo de administración y un encargado de supervisar la cartera de inversión del conglomerado. De momento, Howard G. Buffett, primogénito del Oráculo de Omaha se convertirá en presidente "no ejecutivo" del consejo de Berkshire Hathawey.
Aún así, en estos momentos, cuatro nombres suenan con fuerza. Matthew Rose, de 52 años y responsable de Burlington Northern Santa Fe Railroad, una de las propiedades más preciadas de Berkshire. Buffett ha expresado en más de una ocasión su "confianza y admiración" por este directivo, quien es responsable de la mayor compañía de ferrocarriles del país por la que el conglomerado pagó cerca de 26.000 millones en 2010.
Ajit Jain, de 60 años y responsable del negocio asegurador cuenta con la aprobación y apoyo del tercer hombre más rico del mundo. "Desde 1985, Ajit ha conseguido generar un negocio de 34.000 millones con suculentos beneficios".
Por otro lado, Toni Nicely, el encargado de posicionar a la aseguradora Geico, como una de las más importantes del país en lo que a seguros automovilísticos se refiere, es un nombre que suena fuerte en los mentideros financieros. Finalmente, James Hambrick, presidente de Lubrizol, se incluye por los halagos de Buffet hizo de su gestión.