La agencia recorta dos escalones la calificación de la deuda española y la equipara con la de Italia, sin embargo, el Tesoro capta 5.450 millones en la subasta de deuda a corto plazo apoyado en una alta demanda.
Las rebajas de rating ya no son lo que eran. En otros tiempos agitaban los mercados financieros, para desgracia del emisor que resultaba premiado con una menor nota crediticia. Pero en los actuales su impacto es más limitado... e incluso nulo. Es lo que tiene que los inversores estén curados de espanto tras cinco años de malas noticias. El caso es que en la medianoche del lunes, Moody's, una de las tres principales agencias de calificación del mundo junto con Standard & Poor's (S&P) y Fitch, recortó la nota crediticia española en dos escalones, desde A1 hasta A3, y la de otros cinco europaíses en un peldaño.
No era, desde luego, el mejor preámbulo para la subasta de letras a 12 y 18 meses que el Tesoro Público tenía convocada para la mañana de ayer. Pero no importó. España esquivó sin problemas el golpe de Moody's. Como viene pasando desde diciembre, la emisión se saldó con una fuerte demanda, aunque inferior a la vista en enero, y unos costes de financiación más bajos. El Tesoro, en definitiva, no tuvo problemas para cumplir su objetivo de financiación: se había propuesto captar entre 4.500 y 5.500 millones de euros y consiguió 5.445,7 millones, con lo que pudo apurar la horquilla establecida.
Síntomas de agotamiento
Se apoyó para ello en unas peticiones conjuntas que alcanzaron los 13.885,8 millones de euros, con lo que superó en 2,5 veces el volumen colocado. Eso sí, la demanda comenzó a transmitir síntomas de agotamiento, puesto que no sólo fue inferior en casi 3.000 millones a la registrada en la misma operación del mes anterior, sino que además se trató de la cantidad más baja desde noviembre.
Tras este retroceso figura la pérdida de atractivo derivada de la caída de las rentabilidades. Atrás quedan los intereses superiores al 5% que pagó en noviembre o al 4% de diciembre. Si en enero menguaron hasta situarse entre el 2 y el 2,5%, ayer descendieron aún más. En el caso de las letras a 12 meses la rentabilidad media se abarató hasta el 1,899% y en el de los títulos a 18 meses, hasta el 2,308%. Para calibrar hasta qué punto se han relajado los costes, esos rendimientos son los más reducidos desde octubre de 2010.
El abaratamiento de las emisiones ofrece dos lecturas. La primera, el favorable resultado que el Tesoro sigue cosechando en las subastas. "La rebaja de calificación de la deuda soberana española efectuada por Moody's no ha frenado la tendencia de reducción de los tipos de emisión del Tesoro español, hecho que representa la buena valoración que el mercado ha dado a las recientes reformas anunciadas (sobre el sistema financiero y el funcionamiento del mercado laboral)", valoran desde el servicio de estudios de Repsol. Y la segunda, que la caída de los costes no tiene mucho más recorrido. "Sigue habiendo un elevado interés por el papel a corto plazo, como ya vimos el lunes en Italia. Pero las rentabilidades pagadas podrían ya estar alcanzando un suelo", anticipa José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.
Igual que la deuda italiana
Aunque el tijeretazo de Moody's no dejó huella alguna en la subasta de letras, sí supuso un revés notable para el prestigio crediticio de España. Principalmente, porque con su recorte de dos escalones pasa a ser la primera agencia que equipara el rating español al de Italia, es decir, que los califica con la misma nota. Hasta ahora, y desde que España se hizo acreedora de la máxima calificación -triple A- por parte de las tres mayores agencias entre 2001 y 2004, España siempre había tenido mejor rating que Italia. Incluso los recortes que la deuda española viene sufriendo desde enero de 2009 no habían impedido que tuviera una mejor calificación que la italiana. De hecho, S&P y Fitch todavía conceden un rating más elevado a España, pero no así Moody's, que además concede la nota más baja -la séptima de su escala, equivalente a un notable bajo- de las tres agencias -para las dos restantes sigue siendo un notable, la sexta más alta-.
Además, su decisión engorda la lista de recortes que está sufriendo el Reino de España durante la crisis. Desde enero de 2009 acumula ya 11 rebajas -cuatro de S&P y Moody's y tres de Fitch-, una secuencia que se ha acelerado en el último mes, en el que cada una de las principales agencias ha degradado la nota española: S&P y Fitch lo hicieron en dos escalones, desde AA- hasta A, y Moody's, desde A1 hasta A3. Y aún puede haber más, puesto que Moody's mantuvo la perspectiva negativa sobre la deuda española.
Para terminar de evaluar el impacto cuantitativo de la cualitativa rebaja de Moody's, resultará clave la subasta de bonos y obligaciones que el Tesoro realizará mañana, en la que se ha propueto captar entre 3.000 y 4.000 millones de euros. "El jueves, de nuevo, atentos a los bonos de España. Es ahí donde podremos ver si la rebaja de rating estaba descontada por los inversores institucionales", avisa Miguel Paz, de Unicorp Patrimonio.
"Decisión contradictoria"
A la espera de ver cómo se resuelve esta subasta, el Gobierno mostró su malestar con la decisión. "Es un poco contradictorio. Tomar decisiones donde se diga que valoramos las reformas que se están haciendo, pero que no van a conseguir los objetivos", aseguró el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, en una entrevista con la cadena radiofónica Onda Cero. En este sentido, la agencia cree que España no conseguirá cumplir el objetivo de recortar el déficit público hasta el 4,4% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2012, puesto que considera que se situará entre el 5,5 y el 6%. Al mismo tiempo, menciona el riesgo que supone el cóctel formado por la debilidad económica, los ajustes fiscales y el deterioro de los balances de la banca.