
Lo ocurrido ayer fue justamente lo contrario de lo que pasó tras el último festivo en Wall Street. El 22 de enero, después del Día de Martin Luther King, Wall Street abrió con un fuerte hueco bajista tras el pánico vivido por el resto del mundo el día anterior (el lunes negro). Pero la apertura marcó el mínimo del día y el mercado recuperó bastante de lo perdido.
Ayer tuvimos una apertura con hueco alcista tras el buen comportamiento de Europa el lunes, pero la apertura fue el máximo del día y los índices cerraron en pérdidas. El movimiento fue mucho menos dramático que el de hace un mes, pero el giro bajista fue impresionante de todas formas. Pese a ello, hubo notables subidas en sectores como energía, metales preciosos, acera y biotecnología. La enorme fortaleza del petróleo y las materias primas (el petróleo cerró por encima de 100 dólares) probablemente explica en parte por qué los inversores no tienen mucho interés comprador. Estos precios pueden acabar de tirar la frágil economía norteamericana por el precipicio.
En las tendencias bajistas, los inversores van perdiendo poco a poco sus esperanzas (en inglés es un juego de palabras: 'Sliding down the slope of hope'). Lo ocurrido ayer es un ejemplo de esto. A corto plazo, la clave es si esta caída se frenará antes de los mínimos de la semana pasada. Si es así, será una prueba de solidez del mercado a pesar de un petróleo a 100 dólares. Si no se frena, esperen que el mercado vuelva a visitar los mínimos de enero.