
Parece la única solución para evitar la crisis: comprar renta fija de países con la máxima calidad crediticia. Pero hay más opciones de perder dinero con esta inversión que de ganarlo.
Catorce países podían presumir por entonces de engrosar el selecto grupo de economías que contaban con la máxima calificación crediticia por parte de las tres principales agencias de rating, la deseada triple A. Enero de 2012. Ese selecto grupo es ahora aún más reducido, ya que de la lista de 2010 se han caído primero EEUU (S&P le bajó la nota en verano) y ahora Francia y Austria, tras el masivo recorte que llevó a cabo la misma agencia norteamericana el pasado viernes por la noche.
Pero, ¿cómo afecta a un país perder la máxima calificación crediticia? Una de las grandes consecuencias es que una menor nota suele implicar que ese país en cuestión debe pagar un tipo de interés superior por colocar su deuda en el mercado, ya que deja de considerarse como el activo con la máxima seguridad. Es decir, se le encarece la financiación. Por el contrario, lo previsible sería que los inversores demandaran menores tipos de interés por comprar bonos a los países que aún mantengan esa máxima calificación crediticia. Pero ninguno de estos dos apriorismos se ha cumplido tras el recorte de rating de S&P. La rentabilidad de la deuda francesa se ha quedado en el entorno del 3,10 por ciento y la del seguro bono alemán, rara vez se ha movido del 1,7 por ciento. Y la razón, al menos para explicar lo último, es el nulo potencial que ofrece la deuda germana.
"No tiene ninguna lógica invertir en bonos alemanes porque las posibilidades de ganancias son nulas y los riesgos son muy elevados ya que sólo con la inflación ya se está perdiendo dinero", afirma Ángel de Molina, director de inversiones de Tressis. No en vano, la rentabilidad del bono alemán a 10 años ofrece una rentabilidad del 1,7 por ciento, muy cerca de su mínimo histórico del 1,6 por ciento. Y peor es a corto plazo, cuando el Tesoro germano está emitiendo deuda con intereses negativos. Es decir, el inversor paga por comprar su deuda. "Una idea clara es la de estar fuera de la renta fija gubernamental alemana, ya que tras el rally de 2011 parecen estar descontadas las bajadas en Europa y si hay soluciones podrían presionar a la baja los precios de los bonos alemanes", afirman desde Inversis.
Quizá por ello, una de las grandes recomendaciones del poderoso Goldman Sachs para 2012 es la de invertir a corto en bonos alemanes con el objetivo de ganar dinero cuando suba su rentabilidad y caiga su precio. Pero tampoco en el pasado la alta presencia de deuda alemana en un fondo de deuda pública ha garantizado una mayor rentabilidad -según Morningstar, Generali IS Euro Bonds 5/7Y AX, con un 40 por ciento de exposición a este mercado, acumula en los últimos doce meses una rentabilidad del 3 por ciento, frente al 8 por ciento que se anotan de media los productos de renta fija pública en el mismo periodo-. "Se está sacrificando rentabilidad por seguridad y por eso en nuestra cartera se sobreponderan bonos de Finlandia, Holanda y Alemania, pero si vemos oportunidades tomaremos posiciones tácticas como cuando compramos letras españolas al 5 por ciento", afirma Iván Díez, country manager en España de Groupama.
Sin embargo, los bonos alemanes no son los únicos con triple A de la eurozona. También disfrutan de este noble título las emisiones de Finlandia, otro de los países más críticos con la eurozona, Holanda o Luxemburgo. La rentabilidad de la deuda a corto plazo de todos ellos cotiza por debajo del 0,4 por ciento y a largo rara vez supera el 2 por ciento. Cifras tan bajas que anulan todo su potencial. "Las cosas ya no son como antes cuando el interés de los bonos soberanos sin riesgo alguno suponía una base de rendimiento, ahora la nueva normalidad supone que ningún bono soberano se puede considerar libre de riesgos y muchos factores apuntan a una subida de los tipos de interés", aseguran desde Saxo Bank.
¿Y fuera de la eurozona? ¿Hay algún país con triple A que aún ofrezca cupones rentables? No demasiados. Y por varias razones: posibilidad de que pronto alguna agencia les arrebate la triple A, perspectiva de cambios en la política o expectativa de una depreciación de la divisa tras el fuerte rally vivido por muchas de ellas en 2011. Por ejemplo, los fondos que invierten en deuda pública británica coparon el año pasado el ranking de productos más rentables del año debido no sólo a que su deuda pública se ha visto beneficiada por las compras que ha llevado a cabo el Banco de Inglaterra, sino también porque de momento ha evitado abandonar la lista de países triple A. "Reino Unido no está mejor que Francia y muchos dicen que es la peor economía del mundo, sólo la libra la salva de que le bajen la nota", afirma De Molina. Y Standard &Poor's ya ha puesto su triple A bajo revisión.
Cuidado al salir de Europa
Diferente es el caso de Canadá y Australia, que recibió su tercera triple A en 2011. Las divisas de ambas se han apreciado frente al euro un 3 y 8 por ciento en los últimos doce meses, lo que unido a la buena evolución de sus bonos, justifica que los fondos que invierten en deuda de ambos países cerraran 2011 con ganancias superiores al 10 por ciento. La duda está en si estas cifras se mantendrán también en 2012. "En Australia y Canadá sí podría haber algo por la vía del carry trade y porque los tipos son más altos que la eurozona o EEUU y eso hace que muchos compren bonos, pero lo cierto es que ambos mercados están sobrevalorados", asegura Marian Fernández, directora de estrategia de Inversis Banco. De hecho, la inversión de los extranjeros en bonos australianos superó el año pasado el 80 por ciento del total. Y no es de extrañar si se tiene en cuenta que éstos cotizan con interés superiores al 3 por ciento, lo que los convierte en atractivos para el inversor europeo.
Es resumen, algo se puede rascar pero no sin asumir riesgo. El de Canadá es su fuerte dependencia con EEUU. Si la primera economía del mundo se resiente, también lo hará la canadiense, lo que podría llevar a su banco central a bajar los tipos de interés, actualmente en el 1 por ciento, lo que presionaría al dólar canadiense a la baja. Y el riesgo de Australia es una contracción en China (supone el 21 por ciento de sus exportaciones). De hecho, esto le ha llevado ya a bajar los tipos de interés del 4,75 al 4,25 por ciento.