ISLAMABAD (Thomson Financial) - Por Emmanuel Giroud
Las fuerzas políticas que respaldan al presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, sufrieron una abrumadora derrota en las elecciones legislativas del lunes, que podría conducir al jefe de Estado a entregar el poder de la única potencia nuclear del mundo musulmán a una coalición opositora.
Al mediodía del martes, según resultados parciales difundidos por la televisión oficial, los partidos que apoyan a Musharraf ya no podían, matemáticamente, constituir una mayoría parlamentaria.
La otra sorpresa de las legislativas y provinciales es que los partidos fundamentalistas islámicos también sufrieron un fuerte revés con respecto al avance que habían logrado en 2002.
La Muttahida Majlis-e-Amal (MMA), una alianza de partidos islamistas, obtenía sólo tres bancas, muy lejos de las 50 que ocupaba desde 2002.
Estos comicios parecen poner en evidencia el rechazo de la población, sumida en el terror, a los grupos armados vinculados a Al Qaida y a los talibanes, que desde hace casi un año llevan adelante una campaña de atentados suicidas sumamente mortíferos en todo el país.
Sin embargo la consulta no parece haber despertado un interés mayor en la población, dado que la tasa de participación fue de aproximadamente 40% del electorado, similar a la de las anteriores elecciones.
Los simpatizantes de la oposición salieron a festejar ya el lunes por la noche, tanto los del Partido del Pueblo Paquistaní (PPP) -de la difunta ex primera ministra Benazir Bhutto, asesinada en diciembre- como los de la Liga Musulmana de Paquistán, sector Nawaz (PML-N) del ex primer ministro Nawaz Sharif, derrocado en 1999 por el general Musharraf.
El portavoz del PML-Q ('Q' por Qaid-e-Azam), en el poder desde 2002 y principal apoyo del jefe del Estado, reconoció de inmediato la derrota: 'Los electores entregaron su veredicto y como demócratas, nosotros aceptamos ese veredicto', declaró Tariq Azeem a la AFP.
Las cifras del canal de televisión oficial colocaban a la cabeza al mediodía del martes al PPP -liderado por el viudo de Benazir Bhutto, Asif Ali Zardari- con 83 curules, seguido por el PML-N (64), muy por delante del PML-Q (37) y de su tradicional aliado, el MQM (19).
En esta etapa, aunque los aliados de Musharraf lograsen todas las bancas que quedan por adjudicar, no lograrían la mayoría en la Asamblea Nacional, para la cual se requieren 172 escaños.
Estos recuentos son analizados con ansiedad en los países occidentales, y fundamentalemente en Estados Unidos, que desde hace meses ejerce presiones intensas e inhabituales sobre Musharraf, su aliado clave en su 'guerra contra el terrorismo', para evitar que este país de 160 millones de musulmanes se hunda en el caos.
Se trata de una cuestión crucial, y Estados Unidos ha trasuntado temores de que el armamento nuclear paquistaní caiga en malas manos, subrayando que Al Qaida y los talibanes afganos habían reconstituido sus fuerzas en las zonas tribales del noroeste de Pakistán, en la frontera con Afganistán.
Los kamikazes vinculados a Al Qaida convirtieron a 2007 en el año más mortífero de la historia paquistaní, con más de 800 muertos en los atentados. Desde comienzos de 2008, más de 150 personas perdieron la vida en una campaña de terror que se intensificó al acercarse la fecha de las elecciones. El momento más dramático de esta ola de terrorismo fue el atentado suicida que mató a Benazir Bhutto, el 27 de diciembre.
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AFP/rmr
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