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El presidente del Banco Suizo hinca la rodilla y se va 'señalado'

Cuatro días. Ese es el tiempo que ha soportado la presión Philip Hildebrand, el gobernador del Banco Nacional de Suiza (BNS), que ayer presentó su dimisión con "efecto inmediato" después de que su mujer fuera acusada de enriquecerse en el mercado de divisas gracias al uso de información privilegiada.

A su favor, el ya expresidente contaba con el apoyo del Consejo Federal -el Gobierno suizo- y del Consejo del BNS, una condición que Hildebrand había señalado como indispensable para poder seguir en el cargo. Sin embargo, la imposibilidad de probar su inocencia y acallar las sospechas junto a la intención de preservar la credibilidad de la institución han jugado en su contra y han propiciado su marcha. Su cargo será ocupado por Thomas Jordan, hasta ayer el vicepresidente del organismo.

El escándalo estalló la semana pasada, cuando se hizo público que el Consejo Federal había solicitado dos investigaciones -una pública #y otra privada- para determinar si Hildebrand o su entorno familiar habían cometido alguna falta al #especular y enriquecerse en el mercado de divisas usando información privilegiada. Ambas investigaciones exculparon al directivo, pero señalaron como dudosa una transacción en la que su esposa, Kashya Hildebrand, había comprado 500.000 dólares tres semanas antes de que el BNS estableciera un cambio fijo entre el euro y el franco suizo, lo que provocó una considerable apreciación del dólar que pasó en pocos minutos de 0,79 a 0,86 dólares por franco. Un alza que le permitió ganar unos 35.000 francos con la transacción. Kashya justificó esta operación en la intención de aprovecharse del bajo nivel de la divisa americana, y en que el 80% de las transacciones de su galería de arte se realizan en esta moneda.

El peso de la sospecha

Desde que saltara el escándalo Hildebrand ha insistido en que no tuvo conocimiento de la operación de su esposa hasta la mañana siguiente. Sin embargo, "en vista del continuado debate público respecto a estas transacciones financieras, tras analizar detalladamente toda la documentación y reflexionar he llegado a la conclusión de que no es posible proporcionar de manera concluyente evidencias definitivas de que mi esposa realizó la transacción sin mi conocimiento", declaró el banquero suizo unos días después de asegurar en una rueda de prensa que no dimitiría.

No obstante, los nuevos detalles que van apareciendo han vuelto a sembrar las dudas sobre su persona. El motivo es que ayer también se conoció que en el momento de realizar la transacción de 500.000 dólares, Kashya Hildebrand escribió la solicitud a su consejero financiero en plural. Un hecho que deja la puerta abierta a un eventual conocimiento de la operación por parte del banquero. Las últimas investigaciones desvelan, también, que la pareja realizó transacciones en el mercado de divisas por valor de 2 millones de francos en 2011.

En cualquier caso, la polémica ha levantado ampollas en Suiza. No sólo por el cargo de Hildebrand y el daño causado en la imagen del BNS, sino porque una vez más se ha violado el secreto bancario. Y es que las cuentas fueron robadas por un funcionario del banco privado Sarasin, donde está depositado el dinero del matrimonio. Una acción que le ha costado estar imputado por violar la ley de bancos. El informático dio los datos a legisladores del partido UDC, contrario a Hildebrand y a su política monetaria, quienes a su vez la transmitieron al Consejo Federal. Un hecho que hace temblar el primer cimiento de la banca suiza: el secreto.

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