Ni oro, ni incienso, ni mirra. Los Reyes Magos de Oriente sólo entregaron carbón al sector financiero. Ayer el único regalo que recibió la banca fue una fuerte oleada de ventas en el parqué.
De nada sirvió el arranque positivo que tuvo la renta variable en los primeros días del año, porque desde que el miércoles la entidad italiana Unicredit recordara al mercado que el sector tiene pendientes ampliaciones de capital complicadas, todas las entidades están bajo sospecha. Ayer, incluso se rumoreó que Deutsche Bank pudiera anunciar una operación similar. Así, los títulos financieros ya sufren grandes descensos que arrastran a algunos de los principales índices a los números rojos en 2012.
Ante las fuertes caídas de los últimos dos días, ya hay índices que acumulan pérdidas en estas primeras sesiones del año. El Ibex cede un 2,8 por ciento, mientras que el Cac francés y el Ftse Mib italiano también se dejan un 0,5 y un 2,1 por ciento, respectivamente. Fueron estos tres indicadores los que más retrocedieron ayer. El italiano concentró las mayores ventas, al perder un 3,71 por ciento, la caída del Cac se quedó en el 1,5 por ciento y el Ibex no pudo evitar cerrar con un descenso de prácticamente el 3 por ciento, el más elevado desde el 12 de diciembre.
No es de extrañar, pues tanto el selectivo español como el italiano tuvieron que lidiar con una sesión llena de frentes abiertos. Por un lado, los dos compartieron con el resto de índices europeos las dudas reabiertas la jornada anterior sobre las ampliaciones de capital que deberá acometer el sector financiero.
Pero la bolsa española se topó con otra exigencia. El nuevo ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, pretende que los bancos provisionen hasta 50.000 millones de euros más para cubrir todas las pérdidas del sector inmobiliario, según declaró al diario Finantial Times. Esta cifra, que quivale aproximadamente a un 4 por ciento del PIB español, es muy superior a la prevista inicialmente por el sector y aprieta un poco más la soga que rodea a las entidades, ya que deberán conseguir esta cantidad por ella mismas, con sus beneficios (ver apoyo). El sector cotizó la noticia con fuertes desplomes. Los títulos del Sabadell, Popular, Bankinter y BBVA se dejaron más de un 5 por ciento y el Santander retrodedió un 4,5 por ciento.
Aunque, sin duda, los verdaderos protagonistas de las caídas del sector en Europa fueron las entidades italianas. Las acciones de Unicredit sufrieron ayer, de nuevo, el fuerte descuento al que el banco realizará su ampliación de capital y cerraron la sesión con una caída del 17 por ciento. Los títulos de la entidad ya valen un 30 por ciento menos que a finales de 2011 y arrastran a otras entidades del país como Intesa Sanpaolo, que ayer cedió más de un 7 por ciento mientras el primer ministro italiano, Mario Monti, sorprendía con un viaje a Bruselas como antesala de sus reuniones con los mandatarios de Francia y Alemania.
Al mismo tiempo que los inversores penalizaban a Unicredit, las ventas también tuvieron otro blanco, en este caso alemán. El rumor de que Deutsche Bank pueda ampliar capital se llevó por delante un 5,6 por ciento del precio del banco. Pese a ello, el indicador de referencia alemán, el Dax, fue el que mejor salvó la sesión -sólo cedió un 0,25 por ciento- y es el que más recorrido se anota en las primeras sesiones del año, al acumular una subida superior al 3 por ciento.
El empleo, poco festejado
Mientras el sector financiero se hundió en Europa y arrastró a algunos de los grandes índices, tras el cierre europeo Wall Street permanecía ajeno a las fuertes descensos de este lado del Atlántico y sus principales indicadores se mantenían prácticamente planos. No hubo aplausos al esperanzador dato de creación de empleo de EEUU -se registraron 325.000 nuevos puestos de trabajo, más que en el mes anterior y por encima de lo previsto-, que sí supuso un incentivo para que los inversores compraran dólares (ver página 18). Por contra, el dato del ISM de servicios no trajo buenas noticias.