Bolsa, mercados y cotizaciones

Los dividendos recuperan la ventaja en rentabilidad sobre la deuda pública

La crisis de deuda en Europa ha acercado, por momentos, a dos corredores de fondo muy distintos: el Tesoro Público y las cotizadas españolas. El alto interés que ha tenido que pagar el organismo emisor para financiarse en los mercados, incluso en el corto plazo, había recortado distancias entre la rentabilidad que ofrecía la deuda pública y la que se conseguía con las retribuciones de las grandes empresas españolas. Pero ahora la carrera deja de estar tan igualada.

En las últimas semanas el interés de la deuda soberana española se ha relajado -los bonos a dos años cotizan a un 4,7 por ciento en el mercado secundario-, mientras que las compañías del Ibex 35 aún ofrecen un rendimiento medio superior al 5 por ciento con sus pagos. Es más, hay ocho valores del índice que compiten con una rentabilidad de más del 7 por ciento.

Hace sólo dos semanas que los inversores llegaron a exigir hasta un 6 por ciento de interés por los bonos españoles a dos años que se negocian en los mercados. El alto rendimiento convertía estos títulos en claros competidores de las retribuciones que entregan las compañías. Sin embargo, el interés de la deuda a este vencimiento ha caído más de un punto y medio porcentual, por lo que los dividendos recuperan su atractivo como inversión a medio plazo.

Preparados, listos...

La lógica vuelve a imponerse. El selectivo de la bolsa española se caracteriza por ofrecer una alta rentabilidad por dividendo y reivindica su posición, en la que no encontraba rival ni en los depósitos que comercializa la banca ni en la deuda del Estado. Para ello, dentro del propio índice hay valores que destacan por haberse colocado muy por delante a la hora de retribuir y que esperan consolidar su liderazgo en los próximos años.

Para empezar, de cara a los pagos que se repartirán con los beneficios de 2012, hay quien sale con ventaja: Telefónica, Banco Santander, BME, ACS, Enagás, Red Eléctrica y FCC son los valores más entrenados para retribuir en estos momentos. La mayoría de ellos ni siquiera presentan obstáculos en su retribución al accionista, es decir, sólo pagan en efectivo y no recurren a operaciones que perjudiquen a los inversores.

Uno de los dividendos que se coloca a la cabeza es el de BME. Se espera que la rentabilidad de su retribución se mantenga como la tercera más elevada de todo el Ibex en 2012 y que la compañía continúe destinando en torno a un 80 por ciento de su beneficio a pagar dividendos. El único peligro a la vista es que el grupo podría perder su asiento en el selectivo español. El Comité Asesor Técnico del Ibex se reunirá el lunes para debatir posibles cambios en el indicador y Dia se presenta como un candidato que puede disputar seriamente el sitio a BME, al ser el valor con menos volumen de negociación de los presentes en el principal índice español en los últimos tres y seis meses.

En la siguiente calle defiende su puesto ACS. En el dorsal de la constructora que preside Florentino Pérez continuarán grabados los tradicionales 2,05 euros de dividendo que recibe el accionista desde 2009. Los bancos de inversión no ven en la carga de deuda que acumula el grupo un freno para mantener su política de remuneración, pues esperan que ese peso se reduzca considerablemente en los próximos años, pasando a suponer 3 veces su beneficio bruto de 2012, frente a las 5 veces en las que cerró 2010. El inversor que compre a los 23,44 euros actuales puede obtener más del 8,5 por ciento de rentabilidad.

ACS compite con FCC no sólo en la adjudicación de contratos, también en la rentabilidad que ofrecen sus pagos. Aunque más de un punto de interés por detrás de ACS, FCC no se descolgará en 2012 de los grandes dividendos del parqué español. Seguirá fiel a sus clásicos 1,43 euros, abonados en dos pagos de 0,715, aunque cada vez le supondrán un mayor esfuerzo físico si se cumplen las expectativas de caída de beneficios en 2011 y 2012 que espera el consenso de mercado.

Un poco por delante se sitúa Red Eléctrica, aunque lo importante ya no es que se posicione en la séptima calle en retribución, sino la fortaleza que demuestra la evolución de su dividendo. La compañía no ha dejado de aumentar en los últimos años la cantidad que entrega a sus accionistas, mediante el pago de un dividendo a cuenta del ejercicio al cierre del año y de un dividendo complementario en julio. Está previsto que mantenga este hábito el próximo año y se espera que la eléctrica abone, en conjunto, un total de 2,4 euros por título con los beneficios de 2012. Antes, puede distribuir 2,18 euros por acción con cargo a 2011, es decir, pagar un 16 por ciento más respecto a los últimos pagos.

El mismo procedimiento de retribución es el que sigue Enagás, un dividendo del que también se esperan mejoras. La compañía es la última incorporación al índice de elEconomista, el Eco10, tras la revisión trimestral de diciembre en la que han participado 51 casas de análisis y los expertos la consideran una idea atractiva de inversión, en buena parte, precisamente por su dividendo, que consideran sostenible gracias a una fuerte generación de flujos de caja. "Es una compañía regulada que va a generar muchísima caja y que prácticamente ya no tiene que realizar inversiones, por lo que la mayoría de los ingresos van a redundar en los accionistas", señala Miguel Llorente, de Capital at Work.

Según Bloomberg, Enagás seguirá realizando dos pagos, como cada año, pero con los resultados de 2011 elevará un 17 por ciento el dividendo total, hasta 0,981 euros, y con los de 2012 puede pagar hasta 1,11 euros. Este aumento le llevaría a escalar del puesto siete al cinco en rentabilidad en el Ibex.

La cadena recupera aliento

Otro de los dividendos más cuantiosos para el próximo año en la bolsa española es el de Mediaset. Es cierto que en su contra juega que el sector ha sido uno de los más afectados por las tijeras de los analistas en cuanto a expectativas de beneficio desde 2010. Sin embargo, el pesimismo sobre la estimación de lo que ganará la cadena de Vasile en los próximos años se ha frenado desde octubre. No es una casualidad. El mero debate abierto sobre la viabilidad económica del modelo de televisión autonómica pública ya ha beneficiado a Mediaset. Cualquier medida que se adopte con estas cadenas regionales estará orientada a reducir sus costes y acabaría siendo una ventaja para las nacionales, que tendrían menos competencia. Al margen de lo que ocurra, lo único tangible a día de hoy es que el dividendo de Mediaset ha resistido en 2011. La compañía realizó en mayo dos pagos de 0,35 euros por título, superiores a los 0,2 euros que pagó en 2010. Pero esto no es todo. Está previsto que, en mayo, la cadena anuncie una retribución de 0,4 euros por acción con cargo a las ganancias de este año.

Obstáculos que deben saltarse

Entre los ocho grandes dividendos del Ibex hay algún obstáculo que deberán soportar los accionistas. El Banco Santander ha ofrecido en tres ocasiones la posibilidad de cobrar el dividendo en acciones nuevas de la entidad y su intención es continuar con esta política. De hecho, ya ha aprobado mantener este esquema en el próximo pago de enero. ¿Por qué bautizarlo como un obstáculo para el accionista? Porque de esta manera se distorsiona la alta rentabilidad de su retribución.

Cada vez que entrega los nuevos títulos, el Santander hace una ampliación de capital liberada -con cargo a reservas- que, como cualquier otro aumento de capital, diluye la participación del accionista. El inversor que tenga títulos del Santander en cartera se enfrenta ahora, además, a otra dilución tras la ampliación de capital anunciada, a la que sólo podrán acudir los tenedores de bonos preferentes del banco. A esto hay que sumar que algunos analistas insisten en que la entidad se verá forzada a recortar el importe de su retribución si persisten los problemas de liquidez en el sector. El banco deberá salvar, por tanto, algunas dificultades para mantener el 10 por ciento de rentabilidad que supone ahora su dividendo.

Lo de pagar en papelitos no es una fórmula exclusiva del Santander. Cinco de las diez grandes compañías del Ibex 35 han optado por ampliar capital para retribuir a sus accionistas con títulos. Iberdrola fue la que siguió la estela del banco a mediados de 2010 y pronto se sumaron BBVA, Gas Natural y CaixaBank, que ya han elegido esta opción en 2011.

Pero el pago en acciones no es la única traba que esconden los grandes dividendos de la bolsa española. El alto compromiso de retribución del más aventajado en esta carrera, Telefónica, ya adelantamos que podría tener sus consecuencias. La operadora se ve obligada a anunciar un recorte en su dividendo. Telefónica comunicó que sólo pagará 1,5 euros el próximo año, de los que el accionista recibirá 1,3 euros en efectivo y el resto será remunerado con una recompra de acciones para su posterior amortización.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky