La incesante fuente de turbulencias que es Europa, junto con la decepción que dio la Reserva Federal al mercado al no calentar la activación de un QE3, se tradujo ayer en una salida masiva de capital de las principales materias primas. La más emblemática fue la del oro, que experimentó su mayor caída en un día desde el 26 de septiembre.
El metal amarillo retrocedió un 5,6%, hasta marcar un mínimo en el día en 1.567 dólares la onza, aunque después se moderó hasta los 1.578 dólares. Encadenó así su tercera sesión en negativo, intervalo en el que ya acumula pérdidas del 8,5% que le han devuelto a los precios a los que cotizaba en julio. Despues de estas caídas, hoy el oro está reaccionando al alza, si bien con discretas subidas. En estos momentos está cotizando en 1.587,8 dólares la onza.
La que continúa con su tónica bajista es la plata, que encadena su cuarta jornada consecutiva a la baja con pérdidas del 2,7 por ciento, hasta el 28,13 dólares la onza, después de haberse desplomado ayer un 7,28% en una sola sesión, hasta los 28,54 dólares la onza, su nivel más bajo desde el pasado 5 de octubre. Se trata, a su vez, de la mayor caída en un día de este activo desde el 28 de septiembre.
"El euro sigue cayendo y las materias primas, como un todo, están pagando el pato", declaró a Bloomberg Rich Ilczyszyn, estratega de IiTrader.com, que añadió: "Todo el mundo está hablando de que el S&P 500 potencialmente puede romper los 1.200 a la baja, y eso va a hacer caer al petróleo".
La OPEP doblega al crudo
Efectivamente, las pérdidas también fueron extensivas a las principales referencias de precios para el crudo, el Brent en Europa y el West Texas (WTX) en EEUU. El primero retrocedió un 3,21%, hasta los 105,99 dólares el barril, y el segundo un 4,74%, siendo los 95,39 dólares su precio más bajo en el día. Hoy esta materia prima también rebota, un 0,62 por ciento la referencia europea, hasta 105,67 dólares el barril.
Estas caídas se produjeron después de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidiera efectuar el primer cambio en su objetivo de producción en tres años, al aumentar su techo de producción desde los 24,84 hasta los 30 millones de barriles al día. Este cambio obedece a la reactivación de la actividad petrolera en Libia.