Haga la prueba. Coja un alto rendimiento en la deuda pública a corto plazo, mézclela con mucho ruido en torno a la fiabilidad de los bancos y las cajas de ahorros y añádale una intensiva campaña publicitaria, sobre todo en televisión. ¿Qué obtendrá como resultado? El mismo que consiguió ayer el Tesoro Público, esto es, la mayor demanda de la historia para una colocación de letras a 12 y 18 meses.
En total, el organismo emisor se encontró con unas peticiones que ascendieron en conjunto a 18.277,5 millones de euros. O como suele decirse, algo más de 3 billones de las antiguas pesetas. O si se prefiere, cerca del 2% de la riqueza que genera el conjunto de la economía española en un año. Todo eso, en una única subasta, marcada extraordinariamente por los problemas de la deuda soberana, que han deparado un sustancial incremento de la rentabilidad de los títulos, y del sector financiero, que disuaden a los ahorradores a la hora de depositar su dinero en las entidades.
Semejante apetito proporcionó dos regalos adicionales al Tesoro. En primer lugar, le permitió captar más dinero del previsto. Se había propuesto conseguir entre 3.250 y 4.250 millones de euros, pero gracias a la avalancha de peticiones se saltó el listón superior y recaudó en total 4.941 millones de euros, 3.443 millones provenientes de las letras a 12 meses y 1.498 más mediante los títulos a 18 meses.
En segundo lugar, el Tesoro se llevó la alegría de poder emitir los títulos a un interés inferior al de noviembre, colocación en la que tuvo que pagar los rendimientos más altos desde los años 90. Ayer, las letras a 12 meses se subastaron a una rentabilidad media del 4,05%, mientras que los títulos a 18 meses salieron al 4,22%. De media, el coste de ambos títulos se abarató en torno al 20%. "Fuerte demanda a tipos de interés más reducidos. ¿Quién quiere más?", afirmó gráficamente José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, para valorar el resultado de la subasta. Además, el interés de las letras a 12 meses fue notablemente inferior al que desembolsó Italia el lunes, puesto que el Tesoro transalpino se vio obligado a pagar un rendimiento del 5,9%.
Eso sí, echando la vista un año atrás, se observa el deterioro de la posición española en los mercados. En diciembre de 2010, con una situación que ya estaba tensa tras el rescate de Irlanda a finales de noviembre, las letras 12 y 18 meses se colocaron al 3,45 y al 3,72%, respectivamente.
'Efecto expulsión' en toda regla
Aunque el resultado de la subasta de ayer constituyó todo un éxito para el Tesoro y las arcas públicas españolas, también tuvo un lado menos bueno. La histórica respuesta de los ahorradores constituyó el mejor ejemplo de lo que los expertos denominan técnicamente como crowding out o efecto expulsión, es decir, un fenómeno por el que los altos intereses que pagan los emisores públicos actúan como imán para el dinero de los ahorradores en detrimento del sector privado, que se ve expulsado así del mercado y pierde esa financiación. "La subasta es una buena noticia para el Tesoro, pero una muy mala noticia para el sector financiero, sobre todo, que se ve privado de esos recursos", asegura un operador de una entidad española. "No sabemos la proporción entre la demanda interna y externa, pero tengo la sensación de que la mayor parte ha sido interna, de dinero que sale de depósitos y activos de riesgo", agrega José Luis Martínez Campuzano.
...Y aún hay más
Al mismo tiempo, la subasta de ayer sirvió para dar un respiro a la prima de riesgo, es decir, el interés adicional que exigen los inversores a los bonos españoles a 10 años con respecto a los alemanes con igual vencimiento. Ayer, esta brecha se estrechó de los 377 a los 368 puntos básicos -ó 3,68 puntos porcentuales-. Este descenso se apoyó en la caída del rendimiento de los bonos españoles, que pasó del 5,79 al 5,70%.
No corrió la misma suerte la prinma de riesgo italiana, que creció de los 454 a los 466 puntos básicos. Este incremento complicará de nuevo la emisión que afrontará hoy el Tesoro italiano, que se ha propuesto captar 3.000 millones de euros mediante la colocación de bonos a cinco años.
El festival emisor se prolongará hoy con Alemania, que intentará conseguir 5.000 millones en bonos a dos años. Y mañana volverá de nuevo a la carga el Tesoro español, en esta ocasión con deuda a largo plazo. En concreto, subastará títulos con vencimiento en 2016, 2020 y 2021. Con esta operación, el organismo emisor se ha propuesto obtener entre 2.500 y 3.500 millones de euros. Será la penúltima subasta del año, que terminará para el Tesoro el próximo martes, 20 de diciembre, con la emisión de letras a tres y seis meses.