Resulta aconsejable vender activos cuyo precio haya subido mucho en poco tiempo y de comprar emisiones seleccionadas, con vencimiento hasta tres años. Y es que, el mercado atraviesa escenarios de calma momentáneos, pero basta una mala noticia para provocar ventas
En las últimas semanas, el mercado ha visto cómo caía la rentabilidad de la deuda española, desde máximos del 6,8% hasta niveles de 5,2%. ¿Qué ha provocado tanta diferencia? La acción coordinada de los distintos bancos centrales apoyando a la liquidez de la eurozona y las buenas expectativas de la cumbre europea, que han animado a los inversores a comprar deuda del Tesoro, bancaria y corporativa. Sin embargo, no desaparece la amenaza de las bajadas de rating a 15 países europeos, un factor que ha logrado enfriar momentáneamente el mercado.
Esta situación ha llevado al bono español de nuevo a niveles de 5,7% y la prima de riesgo hasta los 360 puntos básicos. De confirmarse estas amenazas, Francia podría perder la calificación AAA y otros países, el grado de inversión. Con este trasfondo, el mercado ha seguido confiando en la reunión del pasado viernes 9 como apoyo a la tranquilidad. Calma que ya ha venido por las inyecciones de liquidez que ha hecho el BCE, pese a que todavía restan medidas estructurales para lograr el equilibrio presupuestario en algunos países.
En cuanto a 2012, se prevé un ejercicio difícil, con poco margen para las bajadas de tipos, que ya han caído al 1%. Por tanto, sólo queda espacio para recortes de gastos, que pueden comprometer el consumo.
En el caso de la banca, las entidades siguen aplicando estrategias para reforzar su solvencia ante la presentación de sus planes de recapitalización a la EBA (Autoridad Bancaria Europea), pues la fecha límite es el 20 de enero. Por ejemplo, BBVA quiere convertir acciones preferentes en bonos convertibles para que sean canjeados por acciones, y Bankia quiere recomprar emisiones subordinadas de su banco financiero con una prima.
Otro de los focos de atención del mercado son las subastas de los países del euro, indicadores del apetito inversor y del coste que deben afrontar dichos países para cubrir sus necesidades financieras. Italia y España afrontan estos días varios desafíos en este sentido.
Desde el punto de vista de la recomendación para los inversores, sigue siendo complicado determinar el momento más adecuado para entrar. El mercado atraviesa escenarios de calma momentáneos, pero basta una mala noticia para provocar ventas. Son momentos para vender los activos cuyo precio haya subido mucho en poco tiempo, y de comprar emisiones seleccionadas, con vencimiento hasta tres años.