KANDAHAR, Afganistán (Reuters) - La secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, y el ministro británico de Asuntos Exteriores, David Miliband, llegaron el jueves a Afganistán en una simbólica señal de unidad para reforzar la petición de que otros aliados reticentes de la ONU compartan el peso de los combates contra los talibanes.
Rice, que hablaba con el telón de fondo de la próxima reunión de los ministros de Defensa de la OTAN en Lituania, dijo que los miembros de la Alianza Atlántica tienen que "asociarse para dar suficiente poder militar a lo que tiene que hacerse en el extremo final del esfuerzo de la contrainsurgencia".
"Espero que podamos llevar un mensaje en lo que realmente es un nuevo impulso, una nueva fase en términos de la contrainsurgencia", manifestó el ministro británico.
La misión de la OTAN en Afganistán, ISAF, tiene unos 42.000 efectivos, repartidos por países y zonas. España, por ejemplo, tiene unos 700 efectivos, casi todos en la zona este, y hasta ahora ha descartado desplazarlos, al igual que Alemania, cuyos 3.500 soldados permanecen en el norte.
Esto supone que la lucha contra los talibanes recae sobre todo sobre Canadá, Estados Unidos, Holanda y Reino Unido. Canadá ha llegado a amenazar con retirar sus tropas a no ser que otros países contribuyan.
Pocos responsables de la OTAN esperan que se vayan a hacer anuncios importantes de tropas durante la reunión de dos días en la capital lituana, Vilna, pero Washington quiere arrancar compromisos antes de finales de año, sobre todo para reemplazar a los 3.200 marines que dejarán el sur entonces.
/Por Sue Pleming/