La bolsa española parecía querer dar ayer una tregua a los inversores al principio de la sesión. Pero el optimismo poco duró, ya que las tempranas alzas dieron pronto paso a los números rojos. El encarecimiento de la subasta de letras de 3 y 6 meses del Tesoro, que le obligó a pagar intereses superiores al 5%, llevó a la bolsa española a ceder un 1,45%, hasta los 7.904 puntos, en una jornada en la que se movieron solamente 1.641 millones de euros.
Las dificultades que demostró tener ayer el Estado para financiarse hicieron al índice español sumar su segunda jornada en negativo en la semana, aunque osciló entre los 8.105 y los 7.892 puntos. Unas caídas que llevaron al Ibex 35 a perder la barrera psicológica de los 8.000 puntos y a sembrar el temor entre la comunidad inversora al encontrarse a tan sólo un 3,45% del mínimo anual, fijado en los 7.640 puntos en septiembre.
La consistente crisis de deuda soberana de la eurozona y el riesgo a un posible contagio a nivel global -la prima de riesgo española superó los 468 puntos básicos-, la intervención un día antes del Banco de Valencia por parte del Banco de España, los innegables problemas políticos que hay en Estados Unidos para reducir su déficit y el rechazo de la canciller alemana, Angela Merkel, a los eurobonos, volvieron a ser motivos más que suficientes para que los números rojos invadieran las bolsas europeas. Tanto es así que sólo el británico Ftse 100 y el francés Cac 40 se libraron de las pérdidas superiores al 1% que abundaron en el resto del Viejo Continente.
En España fueron IAG, Sacyr, Mediaset y Gamesa los valores más bajistas de la sesión al dejarse más de un 4% en una jornada en la que hasta seis valores -ACS, Mediaset, Popular, Gamesa, Endesa y Sabadell- marcaron mínimos anuales (ver gráfico) y sólo Enagás, Red Eléctrica, Inditex, Ebro Foods, Indra y Gas Natural lograron escapar de las pérdidas generalizadas.
El sector financiero concentró algunas de las caídas más pronunciadas en Europa. Si bien es cierto que fue el segundo más castigado en el Stoxx 600, tras el tecnológico, los descensos superaron el 3% en el caso de grandes valores financieros como Société Générale, Deutsche Bank, Unicredit, AXA y BNP Paribas.
Grandes dudas en EEUU
La primera economía del mundo no sale indemne de los temores que acechan a la eurozona. Junto a las palabras de Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), advirtiendo a Estados Unidos del riesgo en su sistema bancario de una caída de Europa se sumó ayer nuevos rumores de una posible intervención en el gigante Bank of America, que ayer cedía un 2%. Una posibilidad que ya se barajó hace un mes, cuando se pensaba que sería a través de J.P. Morgan, y que volvió a sembrar las dudas en el parqué neoyorquino al traducirse en pérdidas de alrededor del 0,5% en el Dow Jones a media sesión.
Según The Wall Street Journal, el gobierno estadounidense y sus reguladores estarían supervisando a la entidad con lupa y podrían tomar medidas para evitar un posible colapso de la entidad. La cabecera americana apunta, además, que los reguladores aseguran que el banco "no ha solucionado los problemas de liquidez", y advierten de que si no los corrige pronto, Bank of America podría ser castigado con "medidas coercitivas" formales, que le obligarían legalmente a llevar a cabo las sugerencias de los reguladores.
Rumores que se unen a las negociaciones fallidas entre demócratas y republicanos para reducir su déficit a largo plazo, lo que evidencia una falta de unidad política al otro lado del Atlántico.
"Nos encontramos tanto en Estados Unidos como en Europa con problemas de índole política que mantienen a los inversores a la defensiva en espera de acciones decisivas que permitan vislumbrar una solución a los problemas financieros. Creemos que en Europa llegará en forma de una especie de QE1 a la europea pero antes los diferentes gobiernos tendrán que presentar sus planes de ajuste, lo que llevará todavía algunas semanas en el caso de España", según un comentario de M&G Valores, recogidos por la agencia Reuters.
Los temores y dudas sobre el desenlace de esta crisis y el riesgo a una recesión cogieron más peso cuando se confirmó que Estados Unidos creció un 2% en el tercer trimestre del año, lo que supone medio punto menos de lo esperado por los analistas y de los datos anteriores.