La renta variable china ha experimentado una fuerte caída estos últimos meses que ha llevado a las principales referencias que seguimos a alcanzar zonas de soporte clave que son puntos de giro potenciales desde donde la tendencia alcista principal podría tratar de retomarse.
Para valorar la situación técnica del gigante asiático lo hacemos a través del Índice Compuesto de Shanghai (SSEC) y del ETF iShares FTSE/Xinhua China 25 (FXI). Con ellos podemos analizar el estado de ánimo del inversor chino y las decisiones de inversión de los gestores internacionales que utilizan al ETF, basado en el Índice Xinhua 25 de Londres, para tomar posiciones en el gigante asiático.
El Índice Compuesto de Shanghai (SSEC) lleva meses moviéndose de forma lateral bajista en un movimiento que tiene visos de ser un amplio proceso consolidativo; lo más probable es que la tendencia alcista con origen en los mínimos de 2008 se retome. Es por ello que eventuales correcciones las consideramos como una oportunidad para buscar una ventana de incorporación.
Nos llama la atención en el corto plazo el alcance del soporte horizontal y mínimos del año pasado en el Índice Compuesto de Shangai (SSEC). Desde este soporte el índice trata de reestructurarse al alza desplegando lo que podría ser un patrón de giro alcista en forma de doble suelo (S1S2). La superación de los 2.450 puntos confirmaría esta figura de vuelta.
Por el contrario, el fracaso ante resistencias de 2.450 y la pérdida del soporte horizontal de los 2.307 puntos abriría un escenario de continuidad bajista que llevaría al índice a buscar la base del gran canal a la altura de los 2.050 puntos. Sería ahí donde fijaríamos la atención, ya que el gigante asiático podría ofrecer una ventana de compra.