La de ayer fue otra de esas jornadas en las que los mercados tuvieron razones de sobra para moverse, especialmente en Europa. Dos fueron los motivos que impulsaron a las principales plazas bursátiles del Viejo Continente, uno tangible y otro intangible. El primero fue la prohibición por parte de la UE de comprar seguros contra impago (CDS por sus siglas en inglés) a los inversores que no tengan deuda soberana en sus carteras.
El segundo motivo fue la especulación en torno a un posible apalancamiento del fondo de rescate. Según informaba Europa Press, los líderes europeos pretenderían utilizar la facilidad europea para avalar emisiones de deuda italiana y española y así proteger a ambos países del efecto de contagio de un default griego. De acuerdo con fuentes recogidas por la agencia, esta nueva ampliación del fondo sería anunciada en la cumbre del Eurogrupo que se celebrará el próximo 23 de octubre.
El impacto de ambos acontecimientos se reflejó favorablemente al cierre de la sesión en Europa, pues todas las referencias principales cerraron en positivo. El Ftse Mib italiano fue el indicador más alcista, al cerrar con subidas del 2%, seguido por el EuroStoxx 50, que terminó la jornada con una subida del 1%.
Este panorama optimista también ayudó al Ibex 35 a cerrar en positivo, con un alza del 0,43%, en los 8.849,5 puntos, en una jornada marcada por el escaso volumen de negociación. Y eso a pesar de que Moody's cumplió su amenaza al hacer efectivo la bajada del rating del Reino de España desde Aa2 hasta A1. Hoy se producirá la primera prueba de fuego para España tras el recorte crediticio, pues el Gobierno tiene prevista una emisión de obligaciones con la que pretende captar un importe máximo de 4.250 millones de euros.
Wall Street puso la nota discordante de la jornada: mientras el Dow Jones subía un 0,4% a media sesión, el S&P 500 se mantenía plano y el Nasdaq cedía un 0,58%, lastrado por el mal comportamiento de Apple.
