Hoy se ha presentado el II Barómetro del Ahorro elaborado por el Observatorio Inverco. Muchas son las conclusiones: aumenta el número de personas que ahorra para hacer frente a imprevistos y por recibir ventajas fiscales, se duplica el número de ahorradores que de define como conservador y la seguridad sustituye a la liquidez como el factor que más tienen en cuentan para invertir.
Los humanos tienen pocas cosas en común con los peces pero, a juzgar por las conclusiones que arroja el II Barómetro del Ahorro elaborado por el Observatorio Inverco, puede que la memoria sea una de ellas. Si en 2009 la liquidez era el factor que más valoraban los ahorradores a la hora de invertir, ahora lo que más se demanda es la seguridad y la rentabilidad. La liquidez, que tanto preocupó tras la crisis de Lehman Brothers y el fraude de Madoff, pasa ahora a ser el segundo criterio menos importante.
No es menos curioso que en un contexto de incertidumbre en torno a la banca, una amplia mayoría de los encuestados siga confiando en lo que le recomiendan en su oficina financiera. En concreto ocho de cada diez ahorradores se informan a través de ella, frente al 45% que acude a un asesor financiero.
Por no mencionar que, pese a la reciente reforma de las pensiones, el número de ahorradores que acude a un plan de pensiones privado como vehículo de ahorro se ha mantenido prácticamente intacto. Un 50% de ahorradores reconoce que invierte en este producto frente al 55,9% que recurre al depósito, mucho más cortoplacista, y sólo el 36 por ciento de los encuestados prevé aumentar sus ahorros en planes de pensiones en 2012.
Y es que, contra todo pronóstico, la jubilación no es ni mucho menos el principal motivo de ahorro. Según la encuesta, el 31% ahorra para hacer frente a imprevistos que se puedan derivar de la crisis, frente al 14% que así lo afirmaba hace dos años, el 22% lo hace por motivos fiscales, frente al 5% de 2009 y sólo el 25% tiene en la jubilación su primer motivo de ahorro, frente al 26% de 2009.
Por tipo de producto, los depósitos siguen siendo los productos más demandados (un 56% invierten en ellos). Algo que no es de extrañar si se tiene en cuenta que el 84% de los encuestados tiene un horizonte de inversión cortoplacista, inferior a 3 años. Le siguen los planes de pensiones, contratados por el 50,3%, y los fondos de inversión, con un 25,1%. Y eso pesar de que los fondos de inversión son los únicos, de los productos analizados que consiguen un aprobado en todos los atributos con los que debe contar un producto de inversión (confianza, seguridad, fiscalidad, transparencia, rentabilidad y liquidez). Criterios que quizá expliquen por qué uno de cada cuatro encuestados afirma que en 2012 aumentará su ahorro en fondos de inversión.
No nos gusta nada el riesgo
Que el inversor español es conservador por naturaleza no es nada nuevo pero sí puede serlo que cada vez son menos los que optan por asumir riesgo en sus carteras. Si en 2009 sólo el 25% de los encuestados se definía como conservador, ahora la cifra asciende al 55%. Mientras, sólo el 4,9% se considera un inversor dinámico, hombres en su gran mayoría.
Esto podría explicar por qué sólo el 23% de los ahorradores elige la bolsa para invertir y sobre todo por qué sólo el 19% afirma que aumentará su inversión en bolsa el próximo año.
