PARÍS/LONDRES (Reuters) - Los ministros de Finanzas y banqueros centrales de las principales economías mundiales respaldarían un cargo obligatorio de capital sobre los grandes prestamistas de hasta un 2,5 por ciento, que sería implementado desde el 2016.
Un borrador del comunicado de una reunión de jefes de Finanzas del G-20 presenta un recargo de capital de un 1 a un 2,5 por ciento para bancos como Goldman Sachs, HSBC, Deutsche Bank y JPMorgan Chase.
El objetivo es asegurar que tengan capital suficiente para soportar las turbulencias del mercado, a fin de que los contribuyentes no tengan que volver a rescatarlos en la próxima crisis.
En una cumbre de líderes del G-20 en Cannes, Francia, a comienzos de noviembre, se le dará la aprobación final al plan y se darán a conocer los nombres de los bancos afectados, conocidos como importantes sistémicamente o G-SIFI (por su sigla en inglés), dijeron fuentes del G-20.
Las aseguradoras están luchando contra un recargo como bancos de segundo nivel.
El cargo -que se aplicará además de un colchón de capital estructural mínimo de un 7 por ciento que se aplicará en todos los bancos desde el 2013- es parte de un paquete que los ministros del G-20 aprobarán el sábado.
La Junta de Estabilidad Financiera (FSB, por su sigla en inglés), que formula y coordina la regulación financiera en representación del G-20, ya ha desarrollado criterios para determinar a cuáles bancos se les aplicará un recargo.
La FSB dijo que 28 bancos serían afectados si el régimen se introdujera inmediatamente, pero fuentes del G-20 dijeron que la cumbre en Cannes podría nombrar hasta 50 prestamistas.
LÍMITES DE POSICIÓN
También se espera que la FSB dé cuenta a los ministros de su trabajo para definir al denominado sector bancario "en la sombra" antes de redactar recomendaciones para regularlo.
Los supervisores temen que por la dureza de las reglas bancarias, las actividades riesgosas puedan migrar a otras partes del sistema financiero, como fondos de mercados de dinero y vehículos especiales.
La presidencia francesa del G-20 parece haber perdido su batalla para introducir topes más duros en lo que ve como especulación sobre mercados de materias primas de alimentos y energía. Se buscaba imponer límites al tamaño de las posiciones que un operador puede mantener en un momento determinado.
Fuentes del G-20 dijeron que se espera que el grupo apruebe un informe de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (OICV) sobre el beneficio de imponer límites de operaciones, pero que seguiría siendo "opcional".
La Commodity Futures Trading Commission estadounidense discutirá límites fijos el martes, pero en Europa no hay consenso.
Se espera que el gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, proponga fortalecer al FSB, que él encabeza, para poder asegurar la adecuada implementación de una serie de reglas que el G-20 ha prometido introducir.
Draghi, que dimite este mes para asumir el cargo de presidente del Banco Central Europeo, propondría a más miembros de mercados emergentes y países en desarrollo para la comisión de dirección de fijación de la agenda de la FSB.
También se espera que los ministros del G-20 revisen propuestas para reforzar principios no vinculantes sobre protección para el consumidor redactados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que han sido criticados como demasiado débiles.
/Por Francesca Landini y Huw Jones/
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