MADRID (Reuters) - El Índice de Precios al Consumo (IPC) de diciembre subió hasta su mayor nivel de 12 años empujado por los precios de la energía y de los alimentos, en una espiral iniciada después del verano y que los economistas esperan que se quiebre en los próximos meses.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) dijo el martes que el IPC subió una décima en diciembre hasta el 4,2 por ciento interanual, lo que significó cerrar el año un punto y medio por encima del nivel de 2006.
Por otra parte, la inflación armonizada subió dos décimas, hasta el 4,3 por ciento interanual.
Sin embargo, los economistas consultados sostuvieron que el titubeante ritmo de crecimiento de las economías europeas en un contexto definido por las preocupaciones sobre crisis crediticia, lleva a pensar que el destino de los tipos de interés será a la baja, aunque más demorado en el tiempo.
Además, las expectativas de que la inflación española y europea está sometida a factores coyunturales derivados del precio internacional del petróleo y de algunos alimentos, también restaba dramatismo a las más recientes tensiones en términos de precios.
La inflación de diciembre es la referencia para la revisión de unos 5,5 millones de trabajadores con contratos laborales vinculados a la inflación y cuya actualización podría costar a las empresas unos 3.000 millones de euros.
"Ese es dinero que va directamente a consumo privado", dijo Solbes en declaraciones a la cadena SER.
El déficit corriente español - entre los más altos del mundo - volvió a dispararse en octubre casi un 20 por ciento interanual - golpeado básicamente por el mayor nivel de crecimiento de la economía española frente a sus socios europeos.
Los economistas dijeron que la todavía baja productividad de la economía española así como la pérdida de competitividad por la subida de los precios y la firmeza del tipo de cambio del euro también jugaban en contra del déficit doméstico.
"Lo normal es que se vaya moderando el déficit corriente con la caída de la actividad económica, aunque va a ser un proceso lento porque no va a depender del tipo de cambio, sino de una gradual mejora de la competitividad y del menor consumo privado", añadió Zamora.