Hace casi un mes que Bankia salió elegida en la reunión del Comité Asesor Técnico (CAT) para ocupar el puesto de Iberdrola Renovables en el Ibex 35 y ayer por fin llegó el gran día. La entidad presidida por Rodrigo Rato sufrió en sus propias carnes la presión que existe en los mercados por la crisis de Grecia y comenzó su andadura en el selectivo español con pérdidas del 1,64%, frente al 2,26% que cedió el índice.
A pesar del estreno en números rojos, los títulos de Bankia resisten con descensos del 3,8% desde su debut en bolsa el pasado 20 de julio. Desde entonces la banca mediana ha aguantado mejor que las grandes entidades españolas -Santander y BBVA-, que ceden más de un 17% a pesar de estar las posiciones cortas prohibidas desde el 11 de agosto.
La incorporación de la entidad al índice español se produjo gracias al tamaño bursátil que tenía y no por su corta tradición bursátil. Bankia cuenta con una capitalización actual de 6.244 millones de euros. Un tamaño que le sitúa entre las quince compañías cotizadas más grandes y la cuarta -tras Santander, BBVA y CaixaBank- si sólo se tiene en cuenta a la banca española.