
Hay una teoría que sostiene que cuando todo el mundo hace lo mismo, todo el mundo se equivoca y hay que hacer lo contrario..Pues bien, con el oro o el petróleo en máximos y la renta variable débil, ¿quién no tiene la tentación de seguir la teoría de la opinión contraria, vender oro y petróleo y comprar más renta variable?
El problema es que mal aplicada, la teoría de la opinión contraria puede llevar al inversor a la ruina. ¿Por qué? Pues, porque la Bolsa nos enseña que no hay nada más peligroso que comprar un activo en caída. Dicho con otras palabras, de adelantarse al mercado, el inversor se puede arruinar antes de que el activo toque suelo.
La teoría de la opinión contraria requiere normalmente tres condiciones para tener éxito: unos argumentos analíticos que permitan no descartar un cambio de tendencia, un sentimiento de mercado tan excesivo como para anunciar una corrección brutal y elementos técnicos que nos sugieran que los precios estén en zona de giro. Claro que cuanto más potente es la tendencia vigente, más arriesgado es apostar por la opinión contraria, sobre todo si se tiene en cuenta la fuerza de las tendencias alcistas de los mercados desde 2003. Veamos cómo se aplican estos criterios a nuestros tres activos:
- El oro: está buscando la subida absoluta tras alcanzar su máximo histórico. Está en una zona propicia para darse la vuelta, sobre todo si tomamos en cuenta el exceso de optimismo del mercado tal como se refleja en los newsletters especializados. Tampoco el contexto fundamental permite descartar una vuelta bajista: sabemos que la subida del oro se nutre de las expectativas inflacionistas y de la debilidad del dólar. Las primeras están en máximos y la segunda empieza a ser cuestionada por los economistas, al menos para los próximos 6-12 meses. Es decir que el dólar tiene potencial de caída contra Asia pero se duda de que el euro pueda aguantar una subida por encima del 1,50. Es probable que el oro no tenga mucho recorrido alcista mientras las expectativas del mercado de divisas no se aclaren, es decir mientras que el euro no supere su resistencia en los 1,4836. Pero ¡ojo! consolidación no quiere decir corrección y cualquier inversor que quiera vender el metal precioso tiene que recordar que trabaja contra una de las tendencias del mercado global más poderosas los últimos años. Eso conlleva un riesgo muy elevado y pide una disciplina de hierro en la apertura y gestión de la posición. ¡Demasiado arriesgado para nosotros!
- El petróleo se encuentra en una situación muy parecida a la del oro. Ha tocado los 100 dólares antes de retroceder por debajo de esta fuerte barrera psicológica. Tenemos un consenso tremendamente alcista, propio a favorecer una corrección sensible si sale cualquier noticia a contracorriente. Sin embargo, la tendencia de largo plazo sigue bajo la presión de la demanda generada en Asia y por lo tanto alcista. Si baja el petróleo, será por disminución de la presión especulativa y/o una revisión bajista del crecimiento esperado en el 2008. Estamos en un caso muy cercano al del oro: hay argumentos bajistas pero a contracorriente de una tendencia muy potente y sin que estén convalidados por el mercado. No se puede esperar una señal creíble de cambio de tendencia antes de que el crudo rompa a la baja la zona de los 85-87 dólares, es decir demasiado tarde para entrar a corto con una ecuación de riesgo manejable.
- La renta variable empezó mal el año pero cabe preguntarse si esta debilidad nos da una oportunidad de compra. Según nuestros tres criterios, la respuesta se inclina hacia el lado negativo. En primer lugar porque es probable que el sentimiento del mercado tenga que bajar aún más antes de anunciar la posibilidad de un auténtico giro. Segundo, una mayoría de mercados no ha llegado todavía al lugar donde se debe llevar la última batalla entre alcistas y bajistas. Por último, dudamos de que los precios incorporen ya los riesgos económicos que tenemos que superar para hablar de un alza sostenible. El consenso de los analistas sobre beneficios sigue siendo inflado por la minoración de los riesgos económicos y del impacto que tendrá el sector financiero en 2008, sobre todo en el caso de Europa. Es verdad que los descensos de las últimas sesiones nos han acercado a niveles más razonables pero los cálculos de los economistas apuntan a caídas adicionales. Wall Street debe bajar un 3%-5% más y Europa un 5%-7% antes de que tomen cuerpo expectativas 'serias' de rebote. Paciencia, no tenemos todavía la ecuación de mercado adecuada para jugar contra el mercado.