A los inversores no les gustan los lunes. Nueve de los últimos doce se han saldado con números rojos para el Ibex 35, el índice de referencia de las bolsas españolas. Y seis de ellos se han cerrado con descensos próximos o superiores al 2%. El de ayer no supuso ninguna excepción. Pero es que no quedaba otra tras la decepción -una más- generada por las reuniones de los líderes europeos del fin de semana. De nuevo, las vísperas de mucho se quedaron en días de nada, razón que explicó el regreso de las ventas. Como, además, la última semana fue claramente alcista en los parqués, la recogida de beneficios se impuso sin remisión.
Los descensos volvieron a estar comandados por los bancos. En España, los títulos de BBVA retrocedieron un 2,8% y los del Santander, un 2,2%. Más acusados fueron los recortes entre las entidades europeas: la holandesa ING cayó un 7,6%; los franceses Société Générale y BNP Paribas, un 6,7 y un 5,5%, respectivamente; el alemán Deutsche Bank, un 4,5%; y el italiano Intesa Sanpaolo, un 4,1%. Con las cotizaciones de la banca en contra, los descensos de los indicadores fueron irremediables. El Ibex 35 bajó un 1,98%, hasta los 8.222,7 puntos, aunque logró comportarse mejor que sus homólogos europeos. El más penalizado fue el italiano Ftse Mib, que cayó un 3,2%, mientras que el Cac 40 francés y el Dax alemán retrocedieron un 3 y un 2,8%, respectivamente. En Wall Street, el Dow Jones cerró con una caída del 0,94%.
Desencanto en los inversores
Como trasfondo de estas caídas, el decepcionante resultado de las reuniones europeas del fin de semana. Y si los líderes políticos no están dispuestos a arrimar el hombro, no lo harán los inversores, una actitud que no hace sino agravar las dificultades. "De no atajarse el problema de Grecia con contundencia, será cada vez más necesario adoptar medidas más creíbles y dolorosas para estabilizar mercados y economías", avisan desde Banif.
Ese desencanto se trasladó a la deuda pública. Como consecuencia de las ventas, la rentabilidad de los bonos españoles a 10 años repuntó del 5,29 al 5,34%. A su vez, la prima de riesgo, medida por la diferencia entre la rentabilidad de los bonos españoles y alemanes a 10 años, subió de los 342 a los 355 puntos básicos -ó 3,55 puntos porcentuales-. También aumentó la de Italia, que pasó de los 365 a los 378 puntos básicos.
El castigo se propagó al euro. Se depreció un 1,1% contra el billete verde, hasta los 1,365 dólares -con un mínimo en los 1,359-, y un 1,5% contra el yen, hasta los 104,4 yenes, con lo que la moneda única se situó en zona de mínimos históricos contra la japonesa. La desconfianza alcanzó también a las materias primas: el barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, bajó un 2,7%, hasta los 109,1 dólares, y el oro cayó un 2%, hasta los 1.774 dólares.
El BCE baja el ritmo comprador
A la espera de mayores soluciones, el Banco Central Europeo siguió comprando, aunque a menro ritmo, deuda periférica durante la última semana. En concreto, dedicó 9.790 millones de euros, con lo que ya tiene en su balance 152.500 millones.