Ayer los mercados financieros volvieron a jugar al teléfono escacharrado y la fuerte volatilidad que se vivió fue más fruto de la rumorología que por razones fundamentadas. Ejemplo de ello fueron las reacciones de los inversores ante las insinuaciones de una posible comparecencia urgente de Sarkozy y Merkel para atajar la crisis griega que fue desmentida.
El mercado de divisas no se desmarcó mucho de esta tónica, prueba de ello lo vimos en el cruce entre la moneda única y el billete verde. Así, los rumores que recorrían el parqué junto con que este mes se diera luz verde a un QE3 provocó que los inversores recompraran euros. De modo que tras algunas sesiones a la baja, que llevaron al euro en el intradía a caer incluso por debajo de los 1,35 dólares, la divisa de la eurozona tuvo una remontada de un 0,34% que le permitió superar otra vez la barrera de los 1,37 dólares, estabilizándose su tipo de cambio sobre los 1,3706. No sucedió así frente a la divisa japonesa, que siguió sacando pecho ante la moneda común, de hecho a lo largo de la jornada se apreció más de un 1%, de manera que un euro llegó a valer sólo 104,43 yenes, cerca de su cambio más bajo en 10 años. Si bien, a lo largo del día recuperó fuerzas y el cruce se situó por encima de los 105 yenes.
Suerte dispar en el petróleo
En cuanto al petróleo, éste reaccionó de forma dispar ante el anuncio de la Agencia Internacional de la Energía (IEA por sus siglas en inglés) en el que espera una caída de la demanda de crudo de 0,2 millones de barriles diarios para 2011 y de 0,4 para 2012. Así, el Brent se anotó un descenso del 0,44%, hasta los 111,76 dólares. Por su parte, el West Texas se anotó un repunte de casi el 2%, hasta los 90 dólares, por su diferencia con el crudo del Mar del Norte. En cuanto al oro, éste volvió a lucirse como activo refugio y repuntó un 1,27% que llevó a la onza de oro a valer 1.833 dólares.