La banca francesa se convirtió ayer en una de las mayores damnificadas del imperioso rescate griego. Su exposición a la deuda helena volvió a pasarle factura con caídas en el parqué que superaron el 10 por ciento en algunos títulos.
Detrás estuvo presente la amenaza lanzada este fin de semana por la agencia de calificación Moody's de rebajar el rating a las grandes entidades del país.
El sector financiero, en general, fue uno de los principales focos en los que los inversores centraron ayer sus ventas, pero el parqué francés acaparó todas las miradas. Las pérdidas de Société Générale alcanzaron incluso el 12 por ciento, después de que la entidad anunciara una serie de planes de ajuste para mejorar su solvencia, entre los que se incluye una fuerte desinversión en activos. Pese a que el banco aseguró que ha recortado su exposición a los países periféricos, fue el más castigado en la bolsa gala. No obstante, las caídas de BNP Paribas y Crédit Agricole también rondaron el 10 por ciento, con lo que los títulos de todas ellas marcaron los precios más bajos del año.
Precisamente fue en estas tres entidades, las mayores del país, en las que Moody's ya planteó sus dudas el pasado 15 de junio. La agencia de calificación apuntó a su elevada exposición a la deuda del Gobierno griego como el detonante que puede acabar en una rebaja de su nota crediticia. En aquel momento Moody's puso en perspectiva "negativa" a estas compañías y la estocada podría producirse de un momento a otro, puesto que normalmente la agencia se toma tres meses para emitir un nuevo juicio.
Tampoco se libraron de los descensos otras entidades financieras europeas. El efecto contagio fue inevitable para el resto de países con un buen número de títulos soberanos griegos a la espalda. De hecho, los grandes bancos de Alemania, Italia y España se derrumbaron hasta sus mínimos anuales.
Así, a las caídas de la banca francesa se unieron las de las alemanas Commerzbank, que retrocedió un 11 por ciento, y Deutsche Bank, con un descenso del 7,3 por ciento. En el selectivo italiano, que se dejó un 3,8 por ciento, Intesa Sanpaolo y UniCredit lideraron las pérdidas, con un 9,5 y casi un 11 por ciento cada una. Las preocupaciones también salpicaron a España, donde los títulos de las grandes entidades del sector, BBVA y Santander, cedieron un 5,3 y un 4,7 por ciento, respectivamente.
Italia, en el calendario
Lo de ayer puede ser un preámbulo a más bajadas. Los problemas para el parqué francés podrían ser mayores si la rebaja de calificación se extrapola a todo el país. Y es que una bajada de rating a la banca podría abrir la puerta a una degradación de la deuda soberana gala por parte de la agencia. Es decir, que la Aaa del país -la calificación más alta que otorga- podría tambalearse.
Pero, por el momento, la preocupación de posibles rebajas se centran en otros países de la zona euro. Concretamente, en los próximos días, Moody's podría pronunciarse sobre la nota de Italia. La posibilidad está ahí después de que hayan pasado casi tres meses desde que la agencia revisara la solvencia de la deuda italiana, el pasado 17 de junio, cuando la situó en vigilancia "negativa". Esto significa que la actual Aa2 -la tercera mejor nota que pone esta agencia- podría bajar algún escalón.
La deuda italiana genera ahora más dudas en los mercados que la española, pero esta última sigue despertando desconfianza. La prima de riesgo y el CDS (seguro contra impago, por sus siglas en inglés) de Italia ya superan a los de nuestro país, aunque en ambos casos vuelven a sufrir alzas en las últimas sesiones. Por tanto, la posibilidad de una nueva rebaja de rating a España también sigue latente, pues, además, se acerca esa fatídica fecha en la que cumplirán tres meses de la cuarentena en la que Moody's colocó a la deuda española. La vigilancia para una posible revisión se impuso el 29 de julio. Con ello, las últimas semanas de septiembre puede ser cruciales para la perifiera europea, que también se enfrenta a importantes subastas de deuda.