La moneda única navega en medio de un fuerte temporal provocado principalmente por la preocupación ante los problemas de deuda en la eurozona, a lo que se suma la dimisión el pasado viernes del economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Juergen Stark. Lo que se ha traducido en que los inversores hayan optado por desprenderse de euros en el mercado de divisas.
Una consecuencia que inmediatamente ha tenido su eco en el tipo de cambio que guarda la moneda común respecto a las otras divisas que actúan de principales referencias en este mercado. Así tenemos que el euro ha registrado un nuevo mínimo histórico ante la divisa nipona tras llegar a depreciarse intradía un 1,94% hasta los 103, 93 yenes aunque posteriormente la caída se atenuó y el cruce se estabilizó sobre los 105,01 yenes. En cualquier caso la fortaleza de la moneda japonesa respecto a la de la eurozona fue motivo de preocupación para los inversores. Así se vio en la Bolsa de Tokio, que terminó la sesión con un fuerte descenso del 2,31 por ciento de su selectivo Nikkei y lo arrastró hasta los 8.535,67 puntos, su mínimo desde abril de 2009.
También frente al billete verde el euro se amilanó y llegó a caer por debajo de los 1,35 dólares. Concretamente llegó a descender un 1,18% hasta fijar el cambio en los 1,3495 dólares, su nivel más bajo desde el pasado 21 de enero, pero a lo largo de la sesión recuperó parte del terreno perdido y la moneda única estableció su cambio sobre los 1,36 dólares.