
De los 16 debuts bursátiles con peor comportamiento en bolsa, 7 son compañías del 'dragón asiático'.
"Si los inversores de Estados Unidos han demostrado su especial interés por nuestra compañía es porque se trata de la mayor plataforma de citas online de China", declaraba a este diario un eufórico Shang Koo, director financiero de Jiayuan.com, poco después de que la compañía comenzase su aventura bursátil en el Nasdaq OMX. Como muchas otras empresas chinas, esta plataforma de citas por Internet decidió hacer las américas, consiguiendo recaudar 80 millones de dólares con su oferta pública (OPV).
"A día de hoy contamos con 50.000 usuarios activos en todo el mundo fuera del mercado chino, 10.000 de los cuales están localizados en Estados Unidos. Sin embargo, en estos momentos estamos centrados exclusivamente en atender la demanda internacional" explicaba Koo.
La expectación despertada a este lado del Atlántico por compañías de la talla de RenRen (el homólogo asiático de Facebook), NetQuin Mobile o Phoenix New Media provocó a comienzos de año una verdadera revolución bursátil que ya venía cocinándose desde 2008. Sólo en 2010, un total de 41 empresas del gigante asiático se estrenaron en el parqué de Estados Unidos. Aún así, sus retornos no fueron demasiado alentadores, puesto que su inversión cayó ese mismo año un 20,5% de media.
Yifan 'Frank' Li, director financiero de China Fenix Auto International, explicó a elEconomista desde el parqué del NYSE que su compañía es una de las principales fabricantes de piezas de automóviles del país y que "para convertirse en una compañía global y atraer inversores de todo el mundo" el salto bursátil a Wall Street era más que necesario. Algo que han imitado muchas otras compañías, pero que ha comenzado a dar señales de desgaste demasiado pronto.
El tono del mercado no ayuda...
De un tiempo a esta parte, los parqués de EEUU se han visto sacudidos por las preocupaciones sobre la economía del país y qué opciones baraja la Reserva Federal (Fed) para salir del paso. Hay que recordar que sólo en agosto el Dow Jones corrigió un 4,36% con la pérdida de la cota de los 12.000 puntos, mientras que tanto el Nasdaq como el S&P 500 retrocedieron más de un 5% durante ese mes, considerado tradicionalmente tranquilo para los mercados.
Entre tanto, se ha comenzado a poner en entredicho la fortaleza de la locomotora china, cuyo crecimiento ha tirado de Occidente tras el azote de la recesión. De hecho, la semana pasada la agencia de calificación crediticia Fitch dejaba entrever que se estaba planteando recortar los rating de China y Japón.
Concretamente, el jefe de la agencia para la región Asia-Pacífico, Andrew Colquhoun, cifraba este periodo entre los 12 y los 24 próximos meses en una entrevista con Reuters, afirmando que desde la firma se espera "un deterioro material en la calidad de los activos bancarios" de China.
A ello habría que sumar la oleada de cancelaciones en las bolsas de valores de EEUU de diversas empresas chinas durante las últimas semanas. Las más recientes en bajarse del carro han sido AgFeed Animal, que el 9 de agosto anunció que pospondría su salto a la bolsa, y la química Cathay Industrial, que tomó la misma decisión sólo dos días antes.
Sin embargo, es necesario matizar que las empresas de nacionalidad china no han sido las únicas. Según datos de Bloomberg, en 2011 se han anunciado casi 500 operaciones públicas para dar el salto a la bolsa americana, un 108% más respecto al año pasado. Pero de esas salidas a bolsa se han frustrado 64 por culpa del mal tono del mercado (entre ellas una de las más esperadas, el desarrollador de videojuegos online Zynga), mientras que el año pasado sólo fueron 42 las compañías que dieron marcha atrás a su debut bursátil. Es decir, un 52% más respecto al pasado ejercicio.
...pero no es lo único que falla
Decenas de pequeñas empresas del dragón asiático, como Longtop Financial o Duoyuan Global Water, se han tenido que enfrentar al escrutinio de los reguladores sobre distintos problemas de contabilidad y la mala gestión. De hecho, la Comisión de Mercados y Valores de EEUU (SEC, por sus siglas en inglés) ha establecido un grupo especial para supervisar cómo los abogados, banqueros y auditores gestionan a estas empresas en los mercados.
Como resultado, las OPV de China han sido uno de los grupos que peor se ha comportado dentro de los últimos estrenos bursátiles de EEUU, al que ha ahuyentado a los inversores del sector.
Los números hablan por sí solos: de los 16 estrenos bursátiles de 2011 que presentan peor comportamiento en bolsa, siete son compañías procedentes del gigante asiático. De hecho, las dos más bajistas, China Century y Tibet Pharma, son chinas. La primera pierde prácticamente todo su valor (retrocede un 98,10%) desde que comenzó a cotizar, el pasado 7 de febrero. La segunda se deja más del 70 por ciento desde su debut, el 24 de enero.
En cambio, de las 16 OPV que mejor se han portado en los parqués sólo brilla un valor de esta nacionalidad, Qihoo 360. Esta compañía, el mayor proveedor de software de seguridad en China, se anota una rentabilidad superior al 55% desde el 29 de marzo.
Para Nick Einhorn, analista de la consultora Renaissance Capital, "los problemas de los emisores chinos son muchos".
Varias OPV chinas han seguido adelante con los planes de negocio mal descritos al presentar a la empresa como algo que no ha logrado todavía. "Algunos omiten los principales cambios de políticas gubernamentales", añade, al mismo tiempo que señala que en muchas ocasiones es difícil para los posibles inversores "hacer comparaciones financieras". "Existen descuidos de todo tipo, incluyendo la estimación de ingresos, y el análisis de las proyecciones financieras de las empresas suele ser escaso", justifica.
Al fin y al cabo muchas de estas compañías acaban de contratar de forma reciente a su director financiero y evitan fichar personal de apoyo experimentado con la regulación bursátil de Estados Unidos.