BALACIU, Rumanía (Reuters) - Muchos padres desesperados están huyendo de la pobreza del campo de Rumanía en busca de trabajo en otros puntos de la Unión Europea, dejando a sus hijos al cuidado de otros.
"El fenómeno está creciendo desde que Rumanía se sumó a la UE, abriendo sus puertas al movimiento de personas por las fronteras del oeste de Europa", dijo Mariela Neagu, que dirige el organismo estatal de protección infantil.
En algunos colegios, más de la mitad de los estudiantes viven sin uno o ambos padres. Muchos pueblos del norte y el este de Rumanía parecen habitados sólo por niños y sus abuelos.
Bogdan Lacatus tenía siete años cuando su padre se fue a España a buscar trabajo y once cuando su madre dejó el pueblo en el sur de Rumanía para seguirle.
"Creo que volverán", dice con voz tenue.
Los parientes lejanos han tratado de cuidar de Bogdan y de sus dos hermanas gemelas desde que su madre abandonó Rumanía hace unos meses. Los trabajadores sociales dicen que están más seguros en el centro, donde están a salvo de la pobreza y los malos tratos.
Bogdan es afortunado puesto que no acabará en uno de los sucios y enormes orfanatos que acapararon titulares a principios de los 90 y que prácticamente han desaparecido de Rumanía.
Los centros parecen ser más hospitalarios ahora, pero los críticos dicen que burocracia y corrupción dificultan las reformas y muchos niños aún no tienen protección estatal.
Rumania ha solicitado a España e Italia, principales destinos de los rumanos que buscan trabajo, que creen programas escolares de idiomas con la esperanza de facilitar la integración y animar a los padres a llevarse a sus hijos.
El dinero que los inmigrantes mandan a casa ha ayudado a recuperar parte del país, pero los investigadores dicen que toda una generación de niños está creciendo sin apoyo familiar. Además, el número de años que los niños pasan en el colegio está entre los más bajos de la UE, según cifras de Eurostat.