
Habla con calma. Sabe que la situación es realmente peligrosa, pero también asume que resulta preciso no perder los nervios justamente en estos momentos en que la crisis aprieta. Al frente de la división del mercado de capitales de Calyon en España, Pablo Lladó se encuentra en una posición privilegiada para escudriñar el panorama actual. Mira 2008 "con tranquilidad", y no oculta los excesos cometidos en el pasado.
¿Cómo valora la situación actual, sobre todo tras la abundancia de liquidez y de operaciones de la que han disfrutado los mercados financieros en los últimos cinco años?
Ésta es la mayor crisis financiera y del mercado de capitales que hemos vivido nunca. Es una crisis muy dura, pero seguro que dentro de dos años nos reiremos de lo que está pasando. Eso sí, en los mercados hay gente inexperta a la que todo les quema entre las manos, algo que acentúa el nerviosismo. Hay que tener calma y verlas venir.
¿Tan secos se encuentran los mercados de crédito y de capitales en estos momentos?
Tras el surgimiento de los problemas en verano, el mercado se abrió en octubre. En cierto modo, se puede decir que se recuperó, pero fue una cosa pasajera. En cuanto se confirmó que los problemas de los bancos no se limitaban a la información conocida hasta entonces, se volvió a cerrar a mediados de noviembre. Hay liquidez, pero todo está sometido a la desconfianza y a la incertidumbre. La gente esperará a que acabe el año para esperar a ver las valoraciones que se hacen de las carteras.
¿Cómo se ha llegado a este escenario?
Habíamos llegado, debido a unos tipos de interés bajos y un crédito tan barato, a una situación extrema. En circunstancias normales, las hipotecas de alto riesgo -subprime- no hubieran surgido, pero había que seguir estirando la cuerda para obtener retornos adicionales. Todo llegó a valer lo mismo, no se analizaba nada, y esto no podía seguir así. La situación tenía que explotar, y ha sido por el lado de las hipotecas subprime, pero podía haber sido por cualquier otro sitio.
¿Qué hace falta para superar esta crisis?
Lo fundamental es valorar cada activo estrictamente. Ahora la clave está en cómo van a calcular las auditoras las carteras. Hay que asumir que no pasa nada si un banco da pérdidas, ya que es necesario que se limpie el mercado. Si ahora se valora todo de forma correcta, es posible que se sufran esas pérdidas, pero que los beneficios regresen en el ejercicio siguiente. Los bancos deben ser más transparentes.
¿Qué puede ocurrir en los mercados de crédito en los próximos meses?
De momento reina la desconfianza, y en este escenario el mercado volverá a la situación de hace 10 ó 15 años. Los emisores sacarán papel muy seguro y a corto plazo. El mercado sigue cerrado, y cuando vuelva en enero lo hará para centrarse en los productos más básicos. Los inversores reclamarán más transparencia y volverán a dirigir su dinero a los productos que conocen, analizarán más los títulos, y no considerarán que todos los productos son iguales. No se fiarán únicamente de la información que proporcionen las agencias de calificación. La ingeniería financiera seguro que acabará regresando, pero por el momento se impondrán las prácticas más tradicionales del mercado de crédito.
¿Se filtrarán los problemas financieros a la economía real, al bolsillo de los ciudadanos?
Ya se han filtrado. Más allá de los problemas actuales, a los bancos no les preocupa mucho la crisis. Los ciudadanos serán los grandes perjudicados de la crisis financiera, las personas que tienen que pedir un préstamo o que no lo dejaron cerrado y que ahora, cuando regresen a su entidad, verán cómo les piden unas condiciones peores y unos intereses más altos. La crisis financiera se irá contagiando poco a poco a todos los ámbitos.
¿También a las empresas? ¿Cómo les puede afectar a la refinanciación de su deuda?
Está claro que a las sociedades les va a costar más caro financiarse o refinanciarse. Eso sí, tendrán más problemas las empresas más pequeñas, las pymes, no las compañías grandes o medianas.
¿Cómo valora la actuación de los bancos centrales en la crisis? ¿Están incurriendo en algún tipo de riesgo moral por las inyecciones de liquidez que están realizando?
Si los bancos centrales no hubieran actuado como lo han hecho, la crisis sería global a todos los efectos. Debemos tener claro que la crisis es impresionante, y que todos vamos a aprender mucho con ella.
¿Hasta qué punto están expuestas las entidades financieras españolas a la crisis?
Los bancos españoles están muy bien preparados para la crisis por la estricta supervisión del Banco de España, cuya rigidez o dureza ha podido ser criticada en determinadas ocasiones, pero ahora es cuando se ven los resultados de sus exigencias. Las entidades españolas son las que van a salir más fortalecidas tras las turbulencias actuales. En este sentido, es reseñable el éxito cosechado por Santander con su emisión de bonos. Ha sido una de las mejores operaciones de su historia.
¿Cómo pueden afectar las turbulencias a la deuda corporativa? ¿Tendrán problemas las empresas para emitir títulos?
Todo hace pensar que habrá menos emisiones y que las empresas se lo van a pensar más. El mercado exige más intereses, por lo que las compañías emitirán menos. Eso sí, las grandes compañías, como pueden ser Telefónica o Iberdrola, no tendrán mayores problemas para sacar su papel al mercado.